Eugénio de Andrade, en 1998. Foto: Alfredo Cunha.
También yo me he sentado ya algunas veces a las puertas del crepúsculo, pero quiero decirte que mi comercio no es el del alma, hay iglesias de sobra y nadie te impide entrar. Muere si quieres por un dios o por la patria, eso es cosa tuya; hasta puede suceder que mueras por algo que te pertenezca, pues siempre patrias y dioses han sido propiedad sólo de algunos, pero no me pidas a mí, que sólo conozco los caminos de la sed, que te muestre la dirección de los manantiales.
Memoria de otro río (1976-1977)
Eugénio de Andrade
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