Lowell Herrero. Vaca entre girasoles.
de literatura española en la universidad
Un vaquero del rancho "Quijano", encargado de darle pienso al ganado (llenar los bebederos de agua y los comederos de granos y paja) dejó un día, precisamente sobre los forrajes que acababa de servir, su ejemplar de Don Quijote que leía en sus cortos ocios y regresó a la casa del rancho sin reparar en el olvido. En el corral la vaca pinta, engullendo la pastura, mordió las hojas del libro y en el bolo alimenticio se mezcló el genio de Cervantes. A la vaca le supo tan bien que no cesó de rumiarlo horas y horas. Con tanta lectura tragada y digerida, es natural que la vaca pinta participara, a poco, en la oposición para ocupar la cátedra de literatura española que ahora sustenta.
Raúl Renán
2 comentarios:
Ingenioso y mordaz Renán. Qué bien funcionarían muchas cátedras si sus titulares hubiesen digerido algunas obras clásicas.
Saludos
Francesc Cornadó
Sin ninguna duda. Y en la vida cotidiana también.
Un fuerte abrazo, amigo Francesc Cornadó
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