Juan Pedro Aparicio. La mitad del diablo.
EL DIABLO, no por caridad, que le está prohibida, pero sí por distraerse o por encontrar fórmulas novedosas de tortura, permite de tanto en tanto que algunos de los condenados que purgan por toda la eternidad en el infierno vuelvan a la vida como nuevos bebés en el seno de una familia.
Otra vez en el mundo siembran aquí y allá las maneras astutas y sinuosas de Satán. así como el que no quiere la cosa. Se cree que a estos demonios lo que más les gusta es la profesión de la política, aunque también hay entre ellos algún que otro poeta y bastantes mujeres de poeta, muy admiradoras de sus maridos.
Juan Pedro Aparicio
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