Friedrich Weber. Erupción del Etna.
Que todo da luz. Que cada cosa inflama el aire de presencia.
El árbol esplende, el mar se irisa, los efluvios se cruzan.
Un cuerpo brota llamas, si se hace realidad desnuda
sobre la arena tibia. El río incita al agua. Al júbilo.
Todas las cosas lanzan al aire sus redes de deseos.
Y el hombre debe enredarse en ellos. Arder. Ser humo
y combustión y brasa y cellisca en sus breves días.
Unirse a todo cuerpo. Transmutarse en amor. No dejar
huir ningún deseo. Árbol o niña, joven o tigresa.
Arder en cada amor. Y amar todo deseo. Y ser,
al final, como Empédocles, fuego, fuego solo, fuego
en la alta cumbre, sagrada y estéril, del Etna.
Hymnica (1979)
Luis Antonio de Villena

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