sábado, 22 de junio de 2019

El nuevo día

Alfredo Maffei. Amanecer.

Incierta el alba,
aún calzada con sus zapatos de oro,
no se decide a andar.
Otrora tenía los pies ligeros
y los dedos de rosadas yemas:
Homero me es testigo.
Pero ahora se ha vuelto más prudente
y más considerada
para cargarnos con el fardo de otro día.
No le importan los que estamos esperando,
y la noche le llega
extendiendo todavía en el tenderete
sus promesas tan leves.
Sólo pone en él cada mañana
unas cuantas baratijas,
pero yo las compro todas
no sea que no tenga otros tesoros
y sólo los pregone.

Tantas devastaciones (1992)
José Jiménez Lozano

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