lunes, 13 de abril de 2020

Memorias de un librero

Héctor Yánover. Memorias de un librero.

Prólogo

Este es el libro de un librero pretencioso. Estas son las primeras líneas de ese libro. Estas palabras constituirán las primeras de la primera página. Y todas las palabras, líneas, páginas, formarán el libro. Ustedes, hipotéticos lectores, ¿tienen idea de lo terrible que es para un librero escribir un libro? Si un librero casi es un libro... La mercancía que vende se ha metido tanto en su vida que le es difícil separarlas. Crecido entre libros, respiro polvo de libros, veo libros en todos los horizontes; tanto que a veces me oigo decir: tal objeto está en el colofón, para indicar la parte trasera de mi casa, o confundo el living con el prólogo. La librería no está donde está, sino dentro de mí.
Un librero es un hombre que cuando descansa lee; cuando lee, lee catálogos de libros; cuando pasea, se divierte frente a las vidrieras de las otras librerías; cuando va a otra ciudad, otro país, visita libreros y editores. Entonces un día, este hombre decide escribir un libro sobre su oficio. Un libro dentro de otro libro que irá a juntarse con los otros en los escaparates o los anaqueles de las librerías. Otro libro para acomodar, marcar, limpiar, reponer, excluir definitivamente.
El librero es el ser más consciente de la futilidad del libro, de su importancia. Por eso es un hombre escindido; el libro es una mercancía para comprar y vender, y él integra esa mercancía. Se compra y se vende a sí mismo.

Memorias de un librero (1994)
Héctor Yánover

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