domingo, 22 de noviembre de 2020

Textos cautivos

Fritz Behn. Retrato de Oswald Spengler. 

Biografías sintéticas

Oswald Spengler

Spengler nació el 29 de mayo de 1880, en el pueblo de Blanken-burgam-Harz, del ducado de Brunswick. Estudió en Munich y en Berlín. A principios de siglo se graduó en filosofía y letras: su tesis doctoral sobre Heráclito (Halle, 1904) es el único trabajo que publicó antes de aquel otro, sensacional, que lo haría famoso. Seis años tardó Spengler en escribir La decadencia de Occidente. Seis obstinados años, en un hambriento conventillo de Munich, en una pieza lóbrega que da a un pobre paisaje de chimeneas y de tejas manchadas. Oswald Spengler, entonces, no tiene libros. Pasa las mañanas en la biblioteca pública, almuerza en comedores para obreros, toma, cuando está enfermo, vastas y ardientes cantidades de té. Hacia 1915 termina la revisión del primer volumen. No tiene amigos. Secretamente se compara con Alemania, que también está sola.
En el verano de 1918 La decadencia de Occidente apareció en Viena.
Schopenhauer ha escrito: "No hay una ciencia general de la historia; la historia es el relato insignificante del interminable, pesado y deshilvanado sueño de la humanidad".
Spengler, en su libro, se propuso demostrar que la historia podía ser algo más que una mera y chismosa enumeración de hechos particulares. Quiso determinar sus leyes, echar las bases de una morfología de las culturas. Sus varoniles páginas, redactadas en el tiempo que va de 1912 a 1917, no se contaminaron nunca del odio peculiar de esos años.
Hacia 1920 empezó la gloria.
Spengler alquiló un departamento sobre el Isar, compró con amorosa lentitud unos cuantos miles de libros, coleccionó armas persas, turcas e hindúes, escaló altas montañas y se negó a la perseverancia de los fotógrafos. Sobre todo, escribió. Escribió Pesimismo (1921), Deberes políticos de la juventud alemana (1924), Reconstrucción del Estado Alemán (1926).
Oswald Spengler murió al promediar este año. Su concepto biológico de la historia se podrá discutir; no su espléndido estilo. 
(1936)

De la vida literaria

Durante la última de las guerras civiles de Irlanda, el poeta Oliver Gogarty fue aprisionado por los hombres de Ulster en un caserón a orillas del Barrow, en el condado de Kildare. Comprendió que al amanecer lo fusilarían. Salió con un pretexto al jardín y se arrojó a las aguas glaciales. La noche se agrandó de balazos. Al nadar bajo el agua renegrida, en la que reventaban las balas, le prometió dos cisnes al río si este lo dejaba en la otra ribera. El dios del río lo escuchó y lo salvó y el hombre cumplió el voto.
(1938)

Textos Cautivos
Jorge Luis Borges

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