Vigny retratado por Pierre Daubigny.
Mi vida tiene doscientos años
La imaginación nos envejece, y, con frecuencia, parece que vimos más mientras soñábamos que cuando vivíamos.
Imperios destruidos, mujeres deseadas o amadas, pasiones aplacadas, talentos adquiridos y perdidos, familias olvidadas... ¡Oh, cuánto he vivido...! ¿No hace doscientos años que todo era así...? Compendio de mi vida entera.
Exordio
Exento de todo fanatismo, no tengo ídolo alguno. He leído, he visto; pienso y escribo solo, independiente.
La gloria
He creído en ella durante mucho tiempo; pero al enterarme que el autor de Laocoon es desconocido, he visto la vanidad.
Hay, por otra parte, en mí algo más poderoso que me obliga a escribir: la felicidad de la inspiración, delirio que aventaja mucho al delirio físico que nos enajena en los brazos de una mujer. La voluptuosidad del alma es más larga... El éxtasis moral es superior al éxtasis físico.
1836
Poseer un cerebro serio en el que todos vienen diariamente a verter necedades por los dos oídos, ¡qué suplicio!
Poema por hacer.— El año de paz de 1699
Fue el único año en que ninguna guerra conmovió al mundo.
De los reyes
Hay dos cosas que se comprueban muy a menudo en los reyes: su nacimiento y su muerte. No se quiere que el uno sea legítimo ni que la otra sea natural.
Diario de un poeta (1867)
Alfred de Vigny
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