viernes, 30 de abril de 2021

Roma no paga a traidores

Ángel García Pinto. Legionario romano.

Frase ya proverbial que se usa para hacer hincapié en que la deslealtad nunca debe tener recompensa. Su origen proviene de la historia de Viriato (siglo II a. de C.), el célebre pastor lusitano, convertido en jefe guerrillero contra el dominio romano de su tierra. Una vez vencido por éstos después de innumerables vicisitudes bélicas. Viriato envió a Roma a negociar la rendición a tres personas de su máxima confianza: Aulaco, Ditalco y Miminuro. El cónsul Marco Pompilio consiguió sobornarlos para que traicionaran a su jefe y éstos lo degollaron mientras dormía. Presentados ante el cónsul para cobrar su recompensa, Pompilio los expulsó diciendo que reclamasen directamente a Roma el pago de su traición. Así lo hicieron y recibieron la escueta respuesta que ha pasado a la historia: «Roma no paga a traidores».

Del hecho al dicho (1995)
Gregorio Doval 

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