Alexandre Cabanel. Eco.
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¿Por qué intentas, vano pintor, darme un rostro y colocar a la diosa invisible ante las miradas? Del aire y de la lengua soy hija, madre de incorpóreo aliento, y, sin cabeza, emito mi voz. Haciendo volver los últimos tonos —al acabar de oírse—, sigo divertida las palabras ajenas con las mías. En vuestros oídos habito yo, la escurridiza Eco; y si deseas pintarme tal como soy, pinta el sonido.
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También sobre Sabina
Quienes tejen lienzos y poemas, ofrecen los poemas a las Musas y los lienzos a ti, casta Minerva. Más yo, Sabina, no voy a desunir lo que está unido, después de haber bordado con mis versos mis tejidos.
Traducción y notas de Antonio Alvar Ezquerra
Obras II
Décimo Magno Ausonio
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