Erick Sylvester. Sobre la índole del hombre.
Ninguna palabra que se haya pronunciado, jamás ha sido tan útil como las muchas palabras que se callaron.
Callar en el momento oportuno es prudente y vale más que todo discurso. Ésta es, a mi parecer, una de las razones por la que la gente de los tiempos primitivos introdujo los misterios: por medio de éstos debíamos acostumbrarnos a callar en el momento oportuno, y aprender a temer a los dioses por respeto de los secretos humanos que nos han sido confiados.
De los hombres aprendemos a hablar; a callar, sólo de los dioses.
Plutarco: De la locuacidad
(Griego, siglos I a II d. C.)
Dos clases de hombres se esfuerzan en vano: quienes amontonan dinero sin gastarlo, y quienes adquieren saber sin aplicarlo.
El dinero existe para las comodidades de la vida, y no la vida para la acumulación de dinero. Pregunté a un sabio: «¿Quién es feliz y quién desdichado?», y me contestó: «Es feliz el que consume y adquiere, y desdichado el que escatima y muere».
Muslih ed din Saadi: La rosalera
(Persa, siglo XIII d. C.)
Traducción de Alfredo Cahn
Sobre la índole del hombre
Erick Sylvester
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