jueves, 28 de febrero de 2008

La Sonata a Kreutzer

León Tolstoi
Mi recorrido era largo: treinta y cinco verstas en coche y ocho horas en tren. El viaje en coche fue delicioso. Nos hallábamos en otoño y hacía un tiempo hermoso, aunque frío, brillando el sol en un cielo despejado. Las ruedas dejaban marcados profundos surcos en el camino. El sol lucía alegre y el aire era suave. Reclinado cómodamente en el fondo del tarantass, que era espacioso, me entretenía contemplando los caballos, los campos y los caminantes, olvidándome por completo del sitio adonde iba. Me pareció muchas veces que daba un paseo sin objeto determinado y que así seguiría hasta el final. ¡ Qué alegría más grande la de olvidarme así de todo!
La Sonata a Kreutzer
León Tolstoi

1 comentario:

Higinio dijo...

En su Diario escribió: "Sería el más infeliz de los hombres si no hallara un objeto a mi vida, un objeto general y útil".Hablar de literatura rusa es hablar de Tolstoi.Nada le fue ajeno.Y defendió en su país siempre a los más necesitados.
Pasó unos años obsesionado con los trabajos manuales en los que abandonó la literatura y se dedicó por entero,exclusivamente, como poseído, a arar el campo,acarrear agua, regar el jardín y partir leña.