lunes, 21 de abril de 2008

Casa tomada

Como me quedaba el reloj pulsera, vi que eran las once de la noche. Rodeé con mi brazo la cintura de Irene (yo creo que ella estaba llorando) y salimos a la calle. Antes de alejarnos tuve lástima, cerré bien la puerta de entrada y tiré la llave a la alcanterilla. No fuese que a algún pobre diablo se le ocurriera robar y se metiera en casa, a esa hora y con la casa tomada.

Casa tomada
Julio Cortázar

3 comentarios:

Ar Lor dijo...

Muy buena entrada, Gavilán.
La imagen de tu mentor, debe de proporcionarte un infinito placer, a mí me lo ha producido.

Gavilán dijo...

Lo llevo a mi espalda como una losa. Después de leerle supe que jamás escribiría una novela. Así que...

Ar Lor dijo...

Escribes novelas, Gavilán...novelas enanas.Y en Literatura el tamaño no importa, y si hacemos caso a Gracián, cuánto mas pequeña, mejor.