En este camino de la isla de Txatxarramendi, en Pedernales, resonarán para siempre nuestros pasos (de Ulises y Gavilán y Ar lor e Higinio), a pesar de la gente que lo cruce. Innumerables días de verano y de invierno, llenos de sueños, flotan invisibles sobre la isla... nuestro amado rincón de la eterna juventud.
Siempre hay un momento en nuestras vidas en el que uno hace recuento de todos los caminos,senderos y calles y avenidas trasitadas.Hay caminos que ya no se recuerdan,olvidados,otros han desaparecido(pienso en este instante en el sendero a Capitan A.),incluso hay aquellos que no quiesieramos poner pie.Caminos en los que hemos dejado nuestra huella,nuestro signo en un árbol,en una piedra.Y por supuesto,aquellos otros recorridos una y mil veces.Es el caso de este sendero de Txatarramendi.
Pienso en aquellos laboriosos alquimistas empeñados en la adquisicion de la piedra filososfal que otorgara la eterna juventud al hombre.Quizás sea este camino la ansiada formula. Siempre que lo hemos recorrido nos hemos sentidos mucho más jovenes. Eterna Juventud. Amen.
En el momento en que nos tocan la fibra más íntima (nuestros recuerdos más queridos)liamos la manta. Esa fotografía vale más que todas las entradas juntas del blog. Salud a todos, compañeros, y que nos veamos los cuatro en el camino.
8 comentarios:
Bonita canción, Ulises, y bonita estampa. Por ese camino, colega, volveremos a andar una vez más.
En este camino de la isla de Txatxarramendi, en Pedernales, resonarán para siempre nuestros pasos (de Ulises y Gavilán y Ar lor e Higinio), a pesar de la gente que lo cruce.
Innumerables días de verano y de invierno, llenos de sueños, flotan invisibles sobre la isla... nuestro amado rincón de la eterna juventud.
Amén.
Siempre hay un momento en nuestras vidas en el que uno hace recuento de todos los caminos,senderos y calles y avenidas trasitadas.Hay caminos que ya no se recuerdan,olvidados,otros han desaparecido(pienso en este instante en el sendero a Capitan A.),incluso hay aquellos que no quiesieramos poner pie.Caminos en los que hemos dejado nuestra huella,nuestro signo en un árbol,en una piedra.Y por supuesto,aquellos otros recorridos una y mil veces.Es el caso de este sendero de Txatarramendi.
Pienso en aquellos laboriosos alquimistas empeñados en la adquisicion de la piedra filososfal que otorgara la eterna juventud al hombre.Quizás sea este camino la ansiada formula.
Siempre que lo hemos recorrido nos hemos sentidos mucho más jovenes.
Eterna Juventud.
Amen.
Requeteamén.
Sois unos insensibles, me estáis haciendo llorar.
Por cierto, la foto es buena, Ulises.
En el momento en que nos tocan la fibra más íntima (nuestros recuerdos más queridos)liamos la manta. Esa fotografía vale más que todas las entradas juntas del blog. Salud a todos, compañeros, y que nos veamos los cuatro en el camino.
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