jueves, 1 de mayo de 2008

Hyacinthe

En ese muro, perforado por una ventana estrecha, desde la noche de mi llegada, se encendió una lámpara. Me sentí contrariado.
Aguardaré sobre el camino.Tenía la esperanza de que bajaran las persianas. Pero nadie lo hizo. La lámpara brillaba todavía cuando me decidí a entrar. Desde entonces, cada noche la ví encenderse desde las primeras sombras.
Alguna vez, muy tarde, salía al camino. Quería saber si aún ardía.
Estaba ahí. No la apagaban sino al alba.
Hyacinthe
Henri Bosco

2 comentarios:

Higinio dijo...

Henri Bosco se compró una casa de campo en su amada Provenza, y allí vivía y escribía.
En su ensayo "La llama de una vela",Gaston Bachelard nos dice:

"Pero antes de desperdigar nuestra demostración sobre el valor psicológico de la lámpara en múltiples ejemplos, preferimos evocar un relato, uno de los más bellos relatos de Henri Bosco, en donde la lámpara es el primer misterio de una novela psicológicamente misteriosa.Esta novela se titula Hyacinthe.Allí encontramos, convertida en muchacha, el personaje que todos los lectores de Bosco han conocido niña en los relatos: Le jardin d'Hyacinthe y Ane culotte. Continuándose de una novela a otra, los personajes de Bosco son también los compañeros oníricos de su vida de creador. Agregaremos, para expresar todo nuestro pensamiento, que la lámpara es,en la obra de Bosco, igualmente, un compañero onírico".

Ar Lor dijo...

Estupendo texto Higinio y un autor tan desconocido para mí, como la casa de mi vecino. La lámpara es un llamado a escribir y a todos nos molesta, evidentemente.