De peregrinatione Utopiensium"At si quos aut amicorum alia in urbe commorantium, aut ipsius etiam uidendi loci desyderium coeperit, a Syphograntis ac Traniboris suis ueniam facile impetrant, nisi si quis usus impediat. Mittitur ergo simul, numerus aliquis cum epistola principis, quae datam peregrinandi copiam testatur, reditus diem praescribit. Uehiculum datur cum seruo publico, qui agat boues curet. Caeterum nisi mulieres in coetu habeant, uehiculum uelut onus impedimentum, remittitur. Toto itinere cum nihil secum efferant, nihil defit tamen, ubique enim domi sunt. Si quo in loco diutius uno die commorentur, suam ibi quisque artem exercet, atque ab artis eiusdem opificibus, humanissime tractantur. Si semet autore quisquam extra suos fines uagetur, deprehensus sine principis diplomate, contumeliose habitus, pro fugitiuo reducitur, castigatus acriter. idem ausus denuo, seruitute plectitur. Quod si quem libido incessat per suae ciuitatis agros palandi, uenia patris consentiente coniuge, non prohibetur. Sed in quodcunque rus peruenerit, nullus ante cibus datur, quam ante meridianum operis pensum, (aut quantum ante coenam ibi laborari solet) absoluerit. Hac lege quouis intra suae urbis fines ire licet. Erit enim non minus utilis urbi, quam si in urbe esset. Iam uidetis quam nulla sit usquam ociandi licentia, nullus inertiae praetextus, nulla taberna uinaria, nulla ceruisiaria, nusquam lupanar, nulla corruptelae occasio, nullae latebrae, conciliabulum nullum, sed omnium praesentes oculi necessitatem aut consueti laboris, aut ocij non inhonesti faciunt."Los viajes de los utopianos"Si algún ciudadano desea visitar a un amigo que mora en otra ciudad, consigue fácilmente licencia del Sifogrante y del Traniboro, a menos que haya impedimento para ello. Nadie viaja solo, sino que parten en grupos, llevando una carta del Príncipe en la que consta la autorización del viaje y se señala el día en que han de volver. Les dan un carro y un esclavo que conduce y cuida de los bueyes. Si no van con ellos mujeres, renuncian al carro, por considerarlo un estorbo y una molestia. Y aunque no llevan nada consigo, de nada carecen durante el viaje, pues donde quiera que se hallen están en su casa. Si se detienen en algún lugar más de un día, trabajan allí en su oficio, y los artesanos de su gremio les dispensan una amable acogida. Si alguien traspasa los límites de su territorio, y es cogido sin llevar el permiso del Príncipe, comete un delito odioso, es considerado como un fugitivo y castigado severamente. Si reincide, es reducido a la esclavitud. Si algún utópico desea ir a algunas de las aldeas que pertenecen a la ciudad donde él mora, puede hacerlo con el consentimiento de su padre y de su esposa. Más, en cualquier lugar que llegare, no le dan comida si no la paga con el trabajo que ordinariamente se hace en una mañana, en una tarde. Observando esta ley, puede viajar por todo el territorio de la jurisdicción de su ciudad. Así no será menos útil a la ciudad que si se hubiese quedado en ella. Ved ahora la poca libertad que tienen para entregarse al ocio. No hay tabernas de vino o de cerveza, ni mancebías, ni ocasión de entregarse al vicio o la maldad, ni reuniones clandestinas, ya que estando todas bajo las miradas de los demás, necesariamente tienen que hacer su acostumbrado trabajo y recrearse con honestos y laudables divertimientos."
Utopía
Tomás Moro
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