THE MORTAL IMMORTAL
July 16, 1833. -- This is a memorable anniversary for me; on it I complete my three hundred and twenty-third year!
The Wandering Jew? -- certainly not. More than eighteen centuries have passed over his head. In comparison with him, I am a very young Immortal.
Am I, then, immortal? This is a question which I have asked myself, by day and night, for now three hundred and three years, and yet cannot answer it. I detected a grey hair amidst my brown locks this very day -- that surely signifies decay. Yet it may have remained concealed there for three hundred years -- for some persons have become entirely white-headed before twenty years of age.
I will tell my story, and my reader shall judge for me. I will tell my story, and so contrive to pass some few hours of a long eternity, become so wearisome to me. For ever! Can it be? to live for ever! I have heard of enchantments, in which the victims were plunged into a deep sleep, to wake, after a hundred years, as fresh as ever: I have heard of the Seven Sleepers -- thus to be immortal would not be so burthensome: but, oh! the weight of never-ending time -- the tedious passage of the still-succeeding hours! How happy was the fabled Nourjahad! -- But to my task.
El Mortal Inmortal
Día 16 de julio de 1833. Éste es un aniversario memorable para mí; ¡hoy cumplo trescientos veintitrés años!
¿El Judío Errante?... Seguro que no. Más de dieciocho siglos han pasado por encima de su cabeza. En comparación con él, soy un Inmortal muy joven.
¿Soy, entonces, inmortal? Ésa es un pregunta que me he formulado a mí mismo, día y noche, desde hace trescientos tres años, y aún no conozco la respuesta. He detectado una cana entre mi pelo castaño, hoy precisamente...; eso significa con toda seguridad deterioro. Pero puede haber permanecido escondida ahí durante trescientos años...; a algunas personas se les vuelve completamente blanco el cabello antes de los veinte años de edad.
Contaré mi historia, y que el lector juzgue por mí. Al menos, así conseguiré pasar algunas horas de una larga eternidad que se me hace tan tediosa. ¡Eternamente! ¿Es eso posible? ¡Vivir eternamente! He oído de encantamientos en los cuales las víctimas son sumidas en un profundo sueño, para despertar, tras un centenar de años, tan frescas como siempre; he oído hablar de los Siete Durmientes... De modo que ser inmortal no debería ser tan opresivo para mí; pero, ¡ay!, el peso del interminable tiempo..., ¡el tedioso pasar de la procesión de las horas! ¡Qué feliz fue el legendario Nourjahad! Mas en cuanto a mí...
El Mortal Inmortal
(Traducción de Domingo Santos y Francisco Blanco)
Mary Shelley
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