A las seis de la mañana, la señora Vaksin, de vuelta de su peregrinación, entra en el dormitorio y, no encontrando allí a su marido, va al cuarto de la alemana a pedirle dinero suelto para pagar el coche. Al entrar ve el siguiente cuadro:Rosalía Carlovna, sofocada de calor, duerme en su cama y, a un metro de ella, acurrucado en el baúl, su marido ronca dulcemente. Está descalzo y en paños menores. Qué hizo la mujer y cuál fue la cara del marido al despertarse, que lo describan otros. Estoy agotado y entrego las armas.
"Los nervios"
Antón Chéjov
2 comentarios:
¿Alguien osa decir que este relato está inconcluso?
Está concluso, pero es un "metarelato".
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