domingo, 16 de noviembre de 2008

Los emigrados

Henri Edmond Cross. Costa de Chipre
Después de estos apuntes nocturnos viene la primera nota más extensa en el día de llegada a Constantinopla. Ayer por la mañana salimos de El Pireo, registra Ambros bajo la fecha del 15 de septiembre. Algo abatidos, escribe, del fatigoso viaje por tierra. Una travesía tranquila. Horas de reposo bajo el toldo en cubierta. Jamás he visto agua más azul. Realmente ultramarino. Esta mañana hemos cruzado los Dardanelos. Grandes bandadas de cormoranes. Al comienzo de la tarde emerge a lo lejos la capital oriental, primero como un espejismo, después cobrando más y más nitidez el verde de los árboles y la variopinta maraña de casas. Delante y en medio se yerguen, apretujados y suavemente movidos por la brisa, los mástiles de los barcos y los alminares, que al parecer también se tambalean un poco.- Después de pagar al capitán triestino nos hospedamos de momento en el Pera Palas. Entramos en el vestíbulo a la hora del té. Cosmo escribe en el registro: Fréres Solomon, New York, en route pour la Chine. Pera, dice el jefe de recepción en respuesta a mi pregunta, pera significa "más allá". Más allá de Estambul.

Los emigrados
W. G. Sebald

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