Cuando andamos, nos dirigimos con naturalidad hacia los campos y los bosques. Durante mi paseo de la tarde, quisiera olvidar todas las ocupaciones matinales y las obligaciones con la sociedad. Pero a veces no me resulta fácil quitarme de encima la aldea. Alguna idea de trabajo me da vueltas por la cabeza y no estoy donde está mi cuerpo, estoy lejos de mis sentidos. Durante mis paseos, me gustaría volver a mis sentidos. ¿Para qué estoy en el bosque, si pienso en cosas que no tienen nada que ver con él? Dudo de mí y no puedo evitar un escalofrío cuando me sorprendo tan implicado incluso en lo que llaman buenas obras; porque es algo que a veces puede pasar.
Los alrededores me ofrecen infinidad de buenos paseos; y aunque hace muchos años que salgo a caminar casi todos los días, y a veces durante varios días, todavía no los he agotado. Un paisaje absolutamente nuevo es motivo de una enorme felicidad que aún puedo sentir cualquier tarde. Dos o tres horas de caminata pueden llevarme a una zona tan desconocida como jamás esperaba encontrar.
Pasear
Henry David Thoreau
2 comentarios:
Yo también paseo por mi conciencia y me encuentro zonas desconocidas.
Que Dios nos coja confesados el día que perdamos la curiosidad por las zonas desconocidas, interiores y de nuestro alrededor. ¡Kaputt!
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