Los viajes, en su más amplio sentido, son tan antiguos como el hombre y han tenido siempre dos motivos fundamentales: la necesidad (como p. e., en las expediciones de caza o en el traslado en busca de pastos) o el espíritu de aventura, muchas veces identificados con el afán de lucro o el interés científico. Sin necesidad de remontarse demasiado, en un pasado hipotético, puede mencionarse ya a Ulises como el gran viajero de la antigüedad clásica, pues en la Odisea se contiene, como han demostrado los eruditos, el resumen de los informes más precisos y de la experiencia náutica adquirida hasta la época de su redacción por los marinos mediterráneos. Sin duda se viajaba ya en aquellos tiempos, pero hay que descender hasta una fecha muy próxima, relativamante, para ver aparecer otra forma de viaje: la que consiste en recorrer el mundo para instruirse, para satisfacer la curiosidad, sin perseguir otro objeto. Herodoto aparece como el primer tipo conocido del turista, y sus Historias, tan preciosas desde el punto de vista histórico, presentan también desde el punto de vista geográfico un valor considerable; en ellas se hace mención de los primeros ensayos de los grandes viajes de circunnavegación conocidos: el de los fenicios alrededor de África; el del cartaginés Hannón hasta un punto bastante avanzado del litoral del África occidental. Algo más tarde, los viajes de Eutimenes y de Piteas de Marsella; los de Alejandro el Grande y de Nearco marcan los comienzos de la exploración científica, que ha tomado, a partir del siglo XVIII, un desarrollo tan grande. Así, pues, desde el fin de la época helénica, todas las formas que pueden representar el amor al viaje aparecen ya, con una sola excepción: no se ve entonces ningún viaje emprendido con un objeto religioso.
Viaje
Diccionario Enciclopédico Espasa-Calpe
1 comentario:
El "Espasa" siempre tan alucinante, de repente me ha venido a la memoria cuando me maravillé leyendo la voz "esteatopigia", era tan joven que aquel "atrevimiento" pensaba que podía ser descubierto y ello aceleraba mi lectura.(Que Dios me perdone, pero mi lectura es como la carrera del guepardo, y como él abandono rápido, sino consigo la presa)
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