martes, 6 de enero de 2009

Fantasías viajeras: de Ulises a Alejandro.

Massard. Homero
Aquí el precedente más antiguo, y famoso, es la Odisea, con su viraje desde la épica heroica hacia ese mundo de la fantasía y los prodigios marinos; que atraía sin duda a su público, esa incipiente burguesía jonia que colonizaba el Mediterráneo, y que, como Ulises, sentía afán por ver "muchas ciudades y conocer el modo de pensar de los hombres", y por regresar, tras el viaje curioso y explorador, a la patria con riquezas e historias que contar, feliz como Ulises. En la narración de Ulises se mezclan las noticias casi históricas con las míticas, que remontan a lejanas leyendas, como el viaje al mundo de los muertos, como posible influencia del poema babilónico de Gilgamés, o con relatos folclóricos, como el encuentro con la bruja Circe, que con sus filtros y su varita mágica transforma a los hombres en bestias, o el encuentro con el Cíclope, el ogro monocular de los cuentos, con tantos paralelismos en otras literaturas. Pero es curioso observar cuán literariamente trabajadas en sus detalles están ya estas aventuras; por ejemplo, el cuidado tremendismo en los detalles de la escena con Polifemo, o el encuentro con Nausíca, un cuento rosa con un raro final. Y tan importante como los sucesivos encuentros es la técnica narrativa, con el relato en boca de Ulises, en primera persona; con ese artificio narrativo que caracteriza los relatos más fantásticos de la literatura universal, donde se juega con la ironía que suscita en el auditor la inverosimilitud de lo narrado y la indiscutible presencia del narrador que es el protagonista de esos dudosos hechos. Como las andanzas de Sinuhé, las de Sindbad, las de Dante, las de Cyrano de Bergerac, o las del barón de Münchhausen, las lejanas peripecias de Ulises hasta el Hades y los confines del mar, están contadas por su propio personaje, y él es el responsable de su increíble autenticidad.

Los Orígenes de la Novela
Carlos García Gual

1 comentario:

Ar Lor dijo...

Fabuloso, Higinio.
Carlos García Gual escribe tan bien, que es imposible de superar en el tema sobre el que hable. Y no vamos a hablar de sus traducciones, "simplemente, a los que no conocemos el griego, nos hace imaginar que estamos leyendo la odisea en su idioma original.