Los doce trabajos de HérculesLos doce trabajos de HérculesPor diversas maneras la orden de aquestos trabajos han los auctores variado, algunos poniéndolos segúnd orden natural e de tiempo e otros segúnt orden artifiçial e de dignidat. E aprovada es la que Boeçio ha tenido en el su cuarto libro De consolaçión, en el metro final, siguiendo la orden de dignidat. E allí ha puesto qu'el primero trabajo fuese domar los çentauros. E por esso, siguiéndolo, aqueste trabajo porné primero en orden e asentaré como çimiento en este primero capítulo, contando la istoria, siquiera poética ficçión, que es tal.
Capítulo Primero
Segúnd Ovidio en el su Metamorfóseos ha registrado, afírmase que fue un gigante a quien llamaron Uxio, el cual se enamoró de Juno, deessa del aire, fija de Saturno e madrastra de Ércules. Aqueste gigante, aviendo lugar e vagar, quiso con la dicha Juno carnalmente juntarse, mas non consintió ella nin por voluntad se inclinó al loco desseo de Uxio. Non embargante que se viese en poder de tal gigante en logar apartado, guardó con todo eso su honestad, defendiéndose non por fuerça corporal, mas por ingenio e presto consejo de muger entendida, formando en el aire imagen fantástica de muger en la niebla espessa que era entre Uxio e ella a figura de sí muy aína e caso sin tiempo por arte divinal. E aquesta imagen así formada acatando Uxio, cuidó que fuese la verdadera Juno que él amava. E así se juntó con aquella sombra, presumiendo usar carnalmente de Juno, que tanto cobdiçiado avía.
E por este juntamiento empreñóse aquella sombra o mentirosa figura por misterio e voluntad de la deessa. E non solamente conçibió, mas, llegado el tiempo común del parto, parió de una vegada, siquiera de un vientre, animales çiento, que de la çinta arriba avían figura humana e usavan de cavalleriles armas, e de la çinta ayuso avían forma cavallar pelosa e la cola cresçida, corriendo en dos pies con grant ligereza fasta se egualar con el curso de los arrebatados vientos en su correr.
Aquestos animales llamó aquella hedat çentauros. E éstos destruíen, gastavan e corrién con su esquiva desmesura bestial dissipando lo que ante sí fallavan e cuanto podién. Del número de los cuales fue Quirón, maestro de Archilles, e Neso, el que furtó a Dainira, e otros de quien los poethas fazen grant minçión.
Oyendo Ércules el daño que aquéstos en la tierra fazían, movido por favor de virtud e grandez de coraçón cavalleril, quiso empachar la grant osadía de aquéstos e refrenar el su viçioso atrevimiento. Zelando el bien de la patria común e el sosiego d'ella, non dubdó ponerse a peligro, peleando personalmente con los dichos çentauros, informado que por el su padre Uxio fue temptado corromper la su madrasta Juno, e por aquella cobdiçia en la figura mentirosa de la riuve engendró aquellos chimerinos o mezclados de diversas naturas animales, que embargavan la política vida del cuerpo místico de la cosa pública.
Aqueste Ércules, por la divinidat de su madrasta Juno ayudado en este caso, sobró los çentauros, fuera echándolos e encogendo en las ásperas selvas del monte Pelias; e por el su miedo escondidos en las oscuras cuevas del monte Ossee, non osando más tornar entre los omnes a quien daño fazían, dándose al uso del caçar las bestias fieras en las esquivas espesuras e desabitadas de Rodope. Fue así librada la tierra de tal subjecçión e daño por aqueste virtuoso cavallero Ércules, a remembrança del cual e gloria pusieron en las istorias los poetas aqueste trabajo; e aun a exemplo de los estonçes bivientes e de los que después avían de venir.
Enrique de Villena
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