domingo, 29 de marzo de 2009

Los extranjeros

Hong Leung. El río Yang-tse-Kiang.

En el otoño de 1689 llegó a las costas de Guangdong un gran bajel con once personas a bordo. Las velas del barco y las vestiduras de los tripulantes estaban hechas con plumas de pájaro y despedían un brillo lustroso como el jade. He aquí lo que dijeron al desembarcar:
"Venimos de Luzón. Fuimos sorprendidos por una tempestad en alta mar y el barco en que navegábamos se fue a pique. De los veintiuno que éramos, diez murieron ahogados y once nos pudimos salvar agarrándonos a un gran madero flotante. Llegamos a una isla. Allí estuvimos cinco años alimentándonos de pájaros e insectos y durmiendo al abrigo de una cueva. Un día, el mar depositó en la playa un barco al que le faltaban los remos y la velas. Alguna tempestad lo habría dejado en aquel estado. Fabricamos velas con plumas de pájaros entretejidas y nos embarcamos en él para volver a puerto, pero el viento nos ha traído hasta aquí".
El gobernador dio instrucciones para que se los enviara de vuelta a su país. (1)

(1). Por las circunstancias de tiempo y lugar, es posible que los náufragos fueran españoles.

Traducción de Laura A. Rovetta y Laureano Ramírez

Cuentos de Liao Zhai
Pu Songling

2 comentarios:

Ar Lor dijo...

¡Qué historias!¡Cuánto Ulises y Robinson han poblado el mar!

Higinio dijo...

Los traductores Laura A.Rovetta y Laureano Ramírez nos dicen lo siguiente: "En cuanto al origen de los cuentos, la mayoría proceden de leyendas populares y sucesos de la época, otros están basados en obras literarias anteriores y algunos son producto de la experiencia personal del autor.
Según la versión de las personas allegadas a él, Pu Songling (1640-1715) se sentaba todos los días a la puerta de su casa con una tetera y una tabaquera e invitaba a los caminates a descansar y a contarle las historias extraordinarias que conocieran. Si las encontraba interesantes, entraba en su estudio y las escribía.".