Los literatos en CuaresmaLos literatos en CuaresmaA la tertulia de un caballero aficionado a las Letras, y versado en ellas más que regularmente, asistían varios ingenios de esta corte,entre los cuales, si bien se contaban ciertos aprendices de literatura y maestros de pedantería, no faltaban algunos sujetos verdaderamente instruídos y juiciosos. Una noche en que casi todos se habían congregado, no sé cómo se proporcionó el asunto de la conversación, que el amo de casa logrando oportunidad para proponer una idea que de muchos días tenía meditada, habló a los circunstantes en estos o en otros equivalentes términos, que, dichos por su boca, agradaron generalmente a causa de cierta gracia y naturalidad que eran propias de su estilo: "Dudo, amigos míos, si habrán Vms. hecho alguna vez la observación siguiente. Después de la virtud, pienso que lo mejorcito que en este mundo tenemos es la ciencia; y parece descuido bien extraño que habiendo púlpitos para exhortar a la una, no haya predicadores que nos alienten a la otra. Yo quisiera que así como en el orbe cristiano se convoca en los templos, y aun en las plazas, a oir sermones para corrección de los vicios, se convocase al orbe literario en academias u otros parajes públicos o privados, a escuchar pláticas sobre asuntos de erudición, en que lo dulce de los atractivos de la retórica templase lo amargo de las verdades y desengaños críticos. Tendiendo ahora mismo la vista por las personas que se dignan de honrar este congreso, desde luego estoy viendo cinco o seis, que en los domingos de esta próxima Cuaresma pudieran darnos en esta sala una recreación honesta, provechosa y de buena intención.
Tomás de Iriarte
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