El Cantar de CantaresCantar de Cantares
en octava rima
Capítulo VII
COMPAÑERAS
Quán bellos son tus pasos, y el de tu andar,
los tus graciosos píes, y ese calzado,
los muslos una aljorca por collar,
de mano de maestro bien labrado:
tu ombligo es una taza circular ,
llena de un licor dulce muy preciado,
monton de trigo es tu vientre hermoso,
cercado de violetas, y oloroso.
Tus pechos son belleza, y ternura,
dos cabritos mellizos, y graciosos;
y torre de marfil de gran blancura
tu cuello, y los tus ojos tan hermosos
estanques de Esebon de agua pura,
qu' en puerta Batrabim están vistosos:
tu nariz una torre muy preciada,
del líbano á Damasco está encarada
Tu cabeza al carmelo, levantado
sobre todos los montes, parescia:
y el tu cabello roxo, y encrespado,
color de fina púrpura tenía:
el Rey en sus regueras está atado,
que desasirse de ahí ya no podía:
¡ó quán hermosa eres, y agraciada,
amiga, y en deleites muy preciada!
Una muy bella palma, y muy crecida
parece tu presencia tan preciada,
de unos racimos dulces muy ceñida,
que son tus lindos pechos, desposada.
Dixe, yo subiré en la palma erguida,
asiré los racimos de la amada,
racimos de la vid dulces, y hermosos
serán tus pechos lindos, y graciosos.
Un olor de manzanas parecía
el huelgo de tu boca tan graciosa,
y como el suave vino bien olia:
tu lindo paladar, ó linda Esposa,
qual vino que al amado bien sabia,
y á las derechas era dulce cosa,
que despierta los labios ya caidos,
y gobierna la lengua y los sentidos.
(Edición crítica de Fray Antolín Merino)
Fray luis de León
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