lunes, 11 de enero de 2010

«Entre los deliciosos transportes del amor»


Elogio de la locura
La locura habla
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Mi padre no me ha concebido en su cerebro como Júpiter concibió en el suyo a la mezquina y brusca Minerva; pero me ha dado por madre a Neotete, la Juventud, la más bonita, la más alegre, la más vivaracha de todas las ninfas. No soy el fruto de los deberes de un triste matrimonio como el del cojitranco Vulcano; he nacido, como dijo el gran Homero “entre los deliciosos transportes del amor”. Y para que no os engañéis no fue cuando era ya viejo y casi ciego, según lo describe Aristófanes, cuando me engendró Pluto, sino mucho antes, cuando se hallaba en la plenitud de su vida y el fuego de la juventud hervía en sus venas en uno de aquellos agradables instantes en que el néctar que había bebido en la mesa de los dioses, le puso de buen humor.
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