Quien se conoce bien a sí mismo tarda muy poco en conocer a todos los demás hombres. Todo es reflejo.
Después de haberle mostrado todas las maravillas de París, preguntáronle a un salvaje canadiense qué le había gustado más: "Las carnicerías", dijo.
En cierta ocasión preguntaron a Fontenelle a qué se debía que tuviera tantos amigos y ningún enemigo: "Par ces deux auxiomes -respondió-, tout est possible, et tout le monde a raizon". (Por estos dos axiomas: todo es posible y todo el mundo tiene razón)
Hay muchísimos hombres más desdichados que tú. La frasecilla no te proporciona un techo bajo el cual vivir, de acuerdo, pero sí el suficiente para refugiarse cuando cae un aguacero.
En el mundo se puede vivir muy bien diciendo profecías, mas no diciendo verdades.
Traducción de Juan del Solar.
Aforismos
Georg Christoph Lichtenberg
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