Himalaya by night de gyst
—¡Míralo! ¡He ahí una visión agradable! Semejante a una minúscula cruz de plata, el viejo avión de transporte D.C. 3 acababa de posarse allá abajo, en el pequeño aeródromo improvisado. Esta visión daba ganas de beber un buen trago de whisky helado. Chuk empezó a cantar, pero se interrumpió de pronto. Las montañas parecían restarle ánimos.
Georges consultó su reloj.
—Estaremos en el llano dentro de una hora —dijo. Y añadió—:
¿Crees que habrá terminado el cálculo?
Chuk no respondió, y Georges levantó la cabeza. Vio que el rostro de Chuk estaba muy pálido, vuelto hacia el cielo.
—Mira —murmuró Chuk.
Georges, a su vez, levantó los ojos.
Por última vez, encima de ellos, en la paz de las alturas, las estrellas se apagaban una a una...Los Nueve Mil Millones De Nombres De Dios
(De El Retorno de los brujos)
Arthur C. Clarke
3 comentarios:
"El doctor Wagner se contuvo haciendo un esfuerzo. La cosa tenía mérito. Después dijo:
-Su pedido es un poco desconcertante."
En el relato de Clarke los monjes tibetanos llegan a conocer los Nueve Mil Millones De Nombres De Dios gracias a la Máquina de calcular, y el mundo empieza a apagarse... Pero nunca se apagará la impronta que dejó su lectura sobre "nosotros".
Saludos Ar Lor
Es posible que exista una cifra secreta y que alcanzada dicha cifra, el universo empiece a desconectarse.
Así mismo sabía que "Los Nueve Mil Millones...", te conectarían.
Loadas sean tus palabras, Gavilán
Gracias, hermano. ¡Cómo me conoces!
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