¿Quién no recuerda aquel poema de Robert Graves, en el que se sueña que Alejandro el Grande no murió en Babilonia, sino que se perdió de su ejército y fue internándose en el Asia? Al cabo de vagancias por esa geografía ignorada, dio con un ejército de hombres amarillos y, como su oficio era la guerra, se alistó en sus filas. Así pasaron muchos años y en un día de paga, Alejandro miró con algún asombro una moneda de oro que le habían dado. Reconoció la efigie y pensó: yo hice acuñar esta moneda, para celebrar una victoria sobre Darío, cuando yo era Alejandro de Macedonia.
Tomado del libro Cuentos breves y extraordinarios de Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares.
La modification du Passé ou la seule base de la Tradition (Pau, 1949).
Adrienne Bordenave
2 comentarios:
Hola, me llama la atencion la moneda, tengo una en mi poder pero no he encontrado mas informacion de está. me ayudaria mucho algun comentario.
Gracias.
La foto de la moneda la tomé de un blog. No tenía pie de foto. He rastreado en internet para encontrarla poniendo monedas con la efigie de Alejandro, y me ha sido imposible encontrarla. En algún centro numismático seguro que hay alguien que te puede informar de primera mano y decirte todo lo que quieres saber sobre tu moneda. A buen seguro,el salario de un soldado o un labriego se habrá pagado con ella. Tienes un tesoro.
Un fuerte abrazo, amigo Cris Padilla.
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