Gracias a mi inteligencia y a las sutiles pistas que nadie más que yo puede desentrañar, descubrí que el asesinato a puñaladas del pasajero del camarote seis fue cuidadosamente planeado por todos los pasajeros del vagón de primera clase de este tren. Sólo yo pude llegar a tal deducción. Cuando lleguemos a Estambul me entregarán a la policía como el criminal, es sólo mi palabra contra la de ellos. ¡Maldito el día en que me metí de detective!
Orient-Express
José Luis Zárate
No hay comentarios:
Publicar un comentario