Emmanuel Benner. Lais, 1883.
Las cortesanas de Corinto saludan a las de Atenas
¿No os han llegado a vosotras las últimas noticias? ¿No habéis oído el nuevo nombre de hetera? ¡Menuda carga nos ha caído encima! Lais, criada como un animal salvaje por el pintor Apeles.
Desdichadas, cerrad vuestros establecimientos, o mejor todavía, encerraos en su interior vosotras mismas. Una sola es la mujer que ahora excita a la entera Hélade, una sola: Lais en las barberías, Lais en los teatros, en las asambleas, en los tribunales, en el Consejo, en todas partes. Todos hablan de ella, sí, por Afrodita, e incluso los mudos entre sí comentan por señas su belleza. ¡Lais hace hablar hasta a los que están incapacitados para hecerlo! Es comprensible, pues muestra, vestida, un rostro bellísimo y, una vez desnuda, toda ella es tan hermosa como su rostro: ni demasiado seca, ni entrada en carnes, sino del tipo que nosotros calificamos de "delgada y jugosa". Sus cabellos son rizados de modo natural, rubios, sin ser teñidos, y caen sobre sus hombros graciosamente. Sus ojos, por Ártemis, son más redondos que la luna llena, sus pupilas más negras que el azabache y el blanco que las rodea (...)
Alcifrón.Cartas de pescadores, campesinos, parásitos y cortesanas
Traducción de Elisa Ruiz García
Cartas
Alcifrón
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