Ralph Waldo Emerson. Imagen de NYPL Digital Gallery.
Lo que somos, solo eso podemos ver. Todo lo que poseía Adán, todo lo que
César podía hacer, tú lo posees y lo puedes hacer. Adán consideró que
su casa era el cielo y la tierra; César consideró la suya Roma; tal vez
tú consideres la tuya una zapatería, un centenar de acres de tierra
arada o una buhardilla de estudiante. Pero línea por línea, punto por
punto, tu dominio es tan grande como el de ellos, aunque no ostente
nombres solemnes. Construye, pues, tu mundo.
Un niño que duerme me hace pensar en un viajero que se adentra en un país muy lejano.
Pese a que no haya nadie conmigo, no soy un solitario mientras leo y
escribo. Pero si alguien se siente solo, sugiérele que contemple las
estrellas.
Selección y traducción de Mauricio Bach
Pensamientos para el futuro
Ralph Waldo Emerson
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