miércoles, 17 de septiembre de 2014

El campesino y Hércules

Diego Velázquez. Esopo.

Habiéndose atascado en un atolladero el carro de un campesino, levantó éste los ojos al cielo e imploraba a Hércules, pero oyó una voz que le dijo: Necio, arrea con el látigo los caballos y empuja las ruedas, y entonces verás cómo llamando a Hércules te ayuda.
De nada sirven los votos ociosos , que seguramente el cielo no escucha. Ayúdate y Dios te ayudará, dice el proverbio.

Traducción: Grupo Editorial Marte

Fábulas
Esopo (Siglo VI a. de C.)

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