Antonio Colinas. La simiente enterrada.
Esta diferencia del pensar entre Oriente y Occidente se observa también de manera muy nítida en la significación que el azar tiene en el I Ching. En este libro el azar es, sin más, el que concede el mensaje o la respuesta de lo Superior u Oculto, de lo Incontrolable. Por el contrario, en Occidente, el azar es algo ligado a la superstición o a las creencias irracionales. En las tres monedas que voltean en el aire o en la posición de las ramitas de milenrama hayamos la respuesta por excelencia. O la «herejía», para la mente occidental.
Hay en la vida, para el poeta contemplativo, un hondo sentido, pero a veces sabe que le faltan las palabras para expresarlo. Por eso, la mayoría de las veces los poetas chinos se ciñen simplemente a hacer la tarea de los pintores: copiar la realidad que sus ojos ven. Una montaña, una choza, un lago en el que se reflejan las grullas, una caña que el viento inclina, las nubes cargadas del otoño, un bosque, un prado. Y, sin embargo, todas estas cosas naturales y comunes tienen un hondo sentido. Hay en ellas algo más: unos símbolos que orientan al hombre extraviado; algo más que el pintor transmite levemente y que el poeta revela intensamente por medio de palabras que no mueren.
La simiente enterrada (2005)
Antonio Colinas
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