lunes, 7 de febrero de 2022

El don de la travesía

Giampaolo Ghisetti. El camino. 

Un camino que no me lleve a ninguna parte
y sea sólo camino, sin comienzo ni fin,
es lo que pido al día, y el día me concede
el don de la travesía, para que yo avance
bajo las estrellas y soles, rodeado de mí,
sin jamás alcanzar la puerta buscada
o la llave perdida en una duna pálida.
Y avanzo como el día, como el día suspendido
entre la nube caída y la lluvia de verano,
sin dejar ningún rastro o sombra en el suelo.

De Calima (2001)

Traducción de Nidia Hernández

El silencio de las constelaciones ocultas. Antología
Lêdo Ivo 

2 comentarios:

Selva dijo...

Ser en la vida romero,
romero sólo que cruza siempre por caminos nuevos.
Ser en la vida romero,
sin más oficio, sin otro nombre y sin pueblo.
Ser en la vida romero, romero..., sólo romero.
Que no hagan callo las cosas ni en el alma ni en el cuerpo,
pasar por todo una vez, una vez sólo y ligero,
ligero, siempre ligero.

Que no se acostumbre el pie a pisar el mismo suelo,
ni el tablado de la farsa, ni la losa de los templos
para que nunca recemos
como el sacristán los rezos,
ni como el cómico viejo
digamos los versos.
La mano ociosa es quien tiene más fino el tacto en los dedos,
decía el príncipe Hamlet, viendo
cómo cavaba una fosa y cantaba al mismo tiempo
un sepulturero.
No sabiendo los oficios los haremos con respeto.
Para enterrar a los muertos
como debemos
cualquiera sirve, cualquiera... menos un sepulturero.
Un día todos sabemos
hacer justicia. Tan bien como el rey hebreo
la hizo Sancho el escudero
y el villano Pedro Crespo.

Que no hagan callo las cosas ni en el alma ni en el cuerpo.
Pasar por todo una vez, una vez sólo y ligero,
ligero, siempre ligero.

Sensibles a todo viento
y bajo todos los cielos,
poetas, nunca cantemos
la vida de un mismo pueblo
ni la flor de un solo huerto.
Que sean todos los pueblos
y todos los huertos nuestros.

León Felipe

Higinio dijo...

Exquisito poema de León Felipe. Gracias por traerlo aquí.

Un fuerte abrazo, Selva