miércoles, 23 de abril de 2008

Veinte mil leguas de viaje submarino


Vingt Mille Lieues sous les mers: Première partie
Chapitre I
Un écueil fuyant
L’année 1866 fut marquée par un événement bizarre, un phénomène inexpliqué et inexplicable que personne n’a sans doute oublié. Sans parler des rumeurs qui agitaient les populations des ports et surexcitaient l’esprit public à l’intérieur des continents les gens de mer furent particulièrement émus. Les négociants, armateurs, capitaines de navires, skippers et masters de l’Europe et de l’Amérique, officiers des marines militaires de tous pays, et, après eux, les gouvernements des divers États des deux continents, se préoccupèrent de ce fait au plus haut point.
En effet, depuis quelque temps, plusieurs navires s’étaient rencontrés sur mer avec « une chose énorme » un objet long, fusiforme, parfois phosphorescent, infiniment plus vaste et plus rapide qu’une baleine.


Veinte mil leguas de viaje submarino: Primera parte
Capítulo I
Un escollo fugaz
El año 1866 quedó caracterizado por un extraño acontecimiento, por un fenómeno inexplicable e inexplicado que nadie, sin duda, ha podido olvidar. Sin hablar de los rumores que agitaban a las poblaciones de los puertos y que sobreexcitaban a los habitantes del interior de los continentes, el misterioso fenómeno suscitó una particular emoción entre los hombres del mar. Negociantes, armadores, capitanes de barco, skippers y masters de Europa y de América, oficiales de la marina de guerra de todos los países y, tras ellos, los gobiernos de los diferentes Estados de los dos continentes, manifestaron la mayor preocupación por el hecho.
Desde hacía algún tiempo, en efecto, varios barcos se habían encontrado en sus derroteros con «una cosa enorme», con un objeto largo, fusiforme, fosforescente en ocasiones, infinitamente más grande y más rápido que una ballena.

Veinte mil leguas de viaje submarino
Julio Verne

5 comentarios:

Gavilán dijo...

¡Ojos que te leen! Y nada menos, para volver, que Verne y su capitán Nemo. Jodido, vuelves a lo grande. Un abrazo.

Ar Lor dijo...

¡Gracias, Gavilán!
La felicidad y con ella el ánimo, ha vuelto a nuestra casa, se llama Gina y pesa 40 kilos.

Gavilán dijo...

Cómo dependemos de nuestros seres queridos. Por cierto, lee esa novela "Los seres queridos". Es breve, y va de perros. Acojonante. Su autor: Evelin Waugh. No te arrepentirás

Ar Lor dijo...

Te creo, le diré a Higinio que me la consiga.

Higinio dijo...

Hay una frase de Julio Verne que tengo anotada en mi cuaderno de frases para releer.Dice así:"¡Qué bella profesión!Soy libre.Tomo un lápiz, un papel blanco. Me aíslo, y heme sentado sobre el Popocatepetl o chapoteando en el Titicaca".