"...Bién, te estaba esperando, estaba seguro de que
nos encontraríamos entre los trenes que aguardabamos.
Creo que es el momento de coger otro.
Por favor, entiende, yo nunca tuve un plan secreto
para llegar hasta el corazón de esto,
ni de cualquier otra cosa.
Bién, él te habla así
pero tú no sabes lo que pretende.
Cuando él te habla así,
tú no sabes lo que pretende.
Si quieres nos podemos ver mañana
en la orilla, bajo el puente
que están construyendo sobre un río sin fin.
Después deja el andén y sube a su calido coche-cama.
Y entonces tú comprendes que sólo te está pidiendo
un nuevo cobijo, que nunca fue un extranjero.
Y tú dices: - de acuerdo,en el puente
o en cualquier otro sitio.
Y recogiendo los comodines que dejó,
te das cuenta de que apenas te dejó nada,
ni siquiera risas.
Como cualquier jugador esperaba
la mejor carta, la más alta,
de manera que ya no necesitara dar otra.
Fue como un José buscando el pesebre.
Y un día apoyado en el antepecho de tu ventana
te dirá que el amor, el calor y el cobijo
que le diste debilitaron su voluntad.
Y sacando de su cartera
una vieja lista de trenes te dirá:
-ya te dije cuando llegué que era un extranjero,
-ya te dije cuando llegué que era un extranjero".
Leonard Cohen
La canción del extranjero
lunes, 12 de mayo de 2008
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