En aquel entonces, hablo de 1980, con la esperanza de salir de una época especialmente mala mediante un cambio de lugar, había salido de Inglaterra, donde llevo viviendo casi veinticinco años en un condado casi siempre gris, cubierto de nubes, con dirección a Viena. Pero nada más llegar a Viena resultó que los días, no ocupados en tareas de escritura y del jardín, según tengo por costumbre, se me hacían extraordinariamente largos, y que en realidad ya no sabía adónde dirigirme...
W.G.Sebald
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