El hilo azulUn hombre colecciona arena. Es un viajero infatigable, y va tomando muestras en todos los lugares que visita. A su regreso, guarda esa arena en pequeños frascos de vidrio. Frascos que va colocando en las estanterías de su casa, con rótulos que indican el lugar de su procedencia. Hay arena de Malindi, Kenia, punteada de caracolitos violetas; arena gris del Balatón; la blanquísima del golfo de Siam; y minúsculos guijarros de Marateos, blancos y negros.
Gustavo Martín Garzo
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