martes, 25 de noviembre de 2008

Viaje Alrededor Del Mundo

Louis Choris. Osos marinos de la isla St. Paul (al fondo el "Rurik")
El Capitán, que en su más temprana juventud dio ya la vuelta al mundo en el "Nadeshda" de Krusenstern, es el único a bordo que ha traspuesto la línea ecuatorial; el más antiguo, en años, soy yo.
El "Rurik" al que el Zar ha permitido enarbolar la enseña de la marina de guerra para este viaje de exploración, es un bergantín muy pequeño, un dos palos de ciento ochenta toneladas, provisto de ocho cañones en cubierta.

Entre las bellezas de este cielo cuento una que, en las regiones más cálidas donde se vive más a la intemperie, suele ofrecerse como espectáculo más común y con más frecuencia observado. Me refiero al hermoso espectáculo de las luminarias del mar. Nunca pierde este fenómeno su atractivo y, aun tras tres años de viaje observa uno con asombro como la quilla va abriendo un surco fulgente, que se nos antoja tan inusitado y prodigioso como el primer día de su contemplación. Dichas luminarias, como las observáramos Alexander von Humboldt (Viajes, tomo 1) y yo, se originan en un punto fijo del agua, como es sabido, que se hace al pronto luminoso al impulso o movimiento brusco y que diríase consistente de materias orgánicas inanimadas. La nave que surca las olas enciende en derredor y bajo su carena ese polvo de luz que normalmente sólo alumbra las olas cuando éstas rompen produciendo espuma.

La isla de St. Paul alcanza notoriedad por las focas (Ursus marinus Stelleri) que en tiempo de cría pueblan por millares sus playas.

Viaje Alrededor Del Mundo
Adelbert Von Chamisso

1 comentario:

Ar Lor dijo...

¡Oh, Dios! ¡Qué viajes y que estampas!