martes, 7 de abril de 2009

HANIEL, KAFZIEL, AZRIEL Y ANIEL

Esfinge. Palais de Rumine (Lausanne, Suiza).Fuente:Wikipedia
HANIEL, KAFZIEL, AZRIEL Y ANIEL
En Babilonia, Ezequiel vio en una visión cuatro animales o ángeles, "y cada uno Tenía cuatro rostros, y cuatro alas y "la figura de sus rostros era rostro de hombre, y rostro de león a la parte derecha, y rostro de buey a la parte izquierda, y los cuatro tenían asimismo rostro de águila". Caminaban donde los llevara el espíritu, "cada uno en derecho de su rostro", o de sus cuatro rostros, tal vez creciendo mágicamente, hacia los cuatro rumbos. Cuatro ruedas "tan altas que eran horribles" seguían a los ángeles y estaban llenas de ojos alrededor.
Memorias de Ezequiel inspiraron los animales de la "Revelación de San Juan", en cuyo capítulo cuarto se lee: "Y delante del trono había como un mar de vidrio semejante al cristal; y en medio del trono; y al derredor del trono cuatro animales llenos de ojos delante y detrás.
"Y el primer animal era semejante a un león, y el segundo animal, semejante a un becerro, y el tercer animal tenía la cara como hombre, y el cuarto animal, semejante a! águila que vuela. Y los cuatro animales tenían cada uno para sí seis alas al derredor; y dentro estaban llenos de ojos; y no tenían reposo día ni noche, diciendo: Santo, Santo, Santo es el Señor Dios Todopoderoso, que era, y que es, y que ha de venir".
En el Zohar (Libro del Esplendor) se agrega que los cuatro animales se llaman Haniel, Kafziel, Azriel y Aniel, y que miran al oriente, al norte, al sur, y al occidente.
Stevenson preguntó que si tales cosas había en el cielo, qué no habría en el Infierno. Del pasaje anterior del Apocalipsis derivó Chesterton su ilustre metáfora de la noche: "un monstruo hecho de ojos".
"Hayoth" (seres vivientes) se llaman los ángeles cuádruples del Libro de Ezequiel; para el Sefer Yetsirah, son los diez números que sirvieron, con las veintidós letras del alfabeto, para crear este mundo; para el Zohar, descendieron de la región superior, coronados de letras.
De los cuatro rostros de los "Hayoth" derivaron los evangelistas sus símbolos; a Mateo le tocó el ángel, a veces humano y barbado; a Marcos, el león; a Lucas, el buey; a Juan, el águila. San Jerónimo, en su comentario a Ezequiel, ha procurado razonar estas atribuciones. Dice que a Mateo le fue dado el ángel (el hombre) porque destacó la naturaleza humana del Redentor; a Marcos, el león, porque declaró su dignidad real; a Lucas, el buey, emblema de sacrificio, porque mostró su carácter sacerdotal; a Juan, el águila, por su vuelo ferviente.
Un investigador alemán, el doctor Riehard Hennig, busca el remoto origen de estos emblemas en cuatro signos del zodiaco, que distan noventa grados uno del otro. El león y el toro no ofrecen la menor dificultad: el ángel ha sido identificado con Acuario, que tiene cara de hombre, y el águila de Juan con Escorpio, rechazado por juzgarse de mal agüero. Nicolás de Vore, en su Diccionario de Astrología, propone también esta hipótesis y observa que las cuatro figuras se juntan en la Esfinge, que puede tener cabeza humana, cuerpo de toro, garras y cola de león y alas de águila.
El libro de los seres imaginarios
(El Manual de zoología fantástica)
Jorge Luis Borges/Margarita Guerrero

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