Hace ya mucho tiempo y para siempre
mi barco hecho de cedro llevé a tierra;
y al camino y al cauce de los ríos,
y a las cañas que verdes cabecean,
dije mi último adiós en la ignorancia;
ahora habito feliz en esta casa
y comparto mi vida perezosa
con mi esposa y mis versos. Pero en vano.
Porque cuando la lámpara se enciende,
sentado junto al fuego que se ríe,
abierto el fatigado atlas, sigo
andando por caminos sin final.
Traducción de Carlos Pujol
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