Rick Beerhorst. El lector.
Releer lo que me había ahuyentado una primera vez, releer sin saltarme un párrafo, releer desde otro ángulo, releer por comprobación, si... nos concedemos todos estos derechos.
Pero sobre todo releemos gratuitamente, por el placer de la repetición, la alegría de los reencuentros, la comprobación de la intimidad.
"Más, más", decía el niño que fuimos... Nuestras relecturas de adultos participan de ese deseo: encantarnos con lo que permanece, y encontrarlo en cada ocasión tan rico en nuevos deslumbramientos.
Traducción de Joaquín Jordá
Como una novela
Daniel Pennac
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