Ilustración de Gale Franey
De camino hacia su monasterio, dos
monjes budistas se encontraron con una bellísima muchacha a la orilla de
un río. Al igual que ellos quería ella cruzar el río, pero éste bajaba
demasiado crecido. De modo que uno de los monjes se la echó a la
espalda y la pasó a la otra orilla.
El
otro monje estaba absolutamente escandalizado y por espacio de dos
horas estuvo censurando su negligencia en la observancia de la Santa
Regla: ¿Había olvidado que era un monje? ¿Cómo se había atrevido a tocar
a una mujer y a transportarla al otro lado del río? ¿Qué diría la
gente? ¿No había desacreditado la Santa Religión? Etcétera.
El
acusado escuchó pacientemente el interminable sermón. Y al final
estalló: "Hermano, yo he dejado a aquella muchacha en el río. ¿Eres tú
quien la lleva ahora?".
Traducción de Jesús García-Abril
El canto del pájaro
Anthony de Mello
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