Soren Kierkegaard. Diapsálmata.
No hay que ser enigmático para los demás solamente; hay que serlo también para sí mismo. Yo me estudio a mí mismo: cuando me canso, enciendo un cigarro y me pongo a pensar —bien lo sabe Dios— qué se ha propuesto el Señor conmigo o qué es lo que quiere sacar de mí.
Sólo tengo un amigo: el eco. ¿Y por qué es mi amigo? Porque yo amo mi pena y él no me la quita. Yo sólo tengo un confidente: el silencio de la noche. ¿Y por qué es mi confidente? Porque se calla.
Traducción del danés de Javier Armada
Diapsálmata
Soren Kierkegaard (1813-1855)
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