jueves, 30 de abril de 2009

Le métèque

Georges Moustaki

EL EXTRANJERO

"Con mi cara de extranjero
De judío errante y pastor griego
Y mis cabellos al viento
Con mis ojos desleídos
Que me dan aire de soñador
Yo que ya apenas tengo sueños
Con mis manos de ratero
De músico y de trotamundos
Que he robado en tantos sitios
Con mi boca que ha bebido
Que ha abrazado y ha mordido
Sin jamás saciar su hambre

Con mi cara de extranjero
De judío errante y pastor griego
De ladrón y de vagabundo
Con mi piel que se ha curtido
Al sol de todos los veranos
Y todo lo que usa faldas
Con mi corazón que hizo
Sufrir al mismo tiempo que sufrió
Sin por ello hacer historia
Con mi alma que ya no tiene
Ninguna opción de salvación
Para evitar el purgatorio..."


Georges Moustaki
Le métèque

La energía de los esclavos (41)

Estaba perdido
cuando te encontré en el camino
que lleva a Larissa,
el recto camino que pasa por entre los cedros.
Tu créiste
que yo era un vagabundo
y me amaste por serlo.
No lo era.
Estaba perdido
cuando te encontré en el camino
que lleva a Larissa.


Leonard Cohen
La energía de los esclavos.

miércoles, 29 de abril de 2009

Conocían el alma, pero hablaban de ella como si quisieran que nadie les entendiera

Doble hélice de ADN. Fuente:wikipedia
Lettres philosophiques
TREIZIÈME LETTRE SUR M. LOCKE.
Jamais il ne fut peut-être un esprit plus sage, plus méthodique, un logicien plus exact que M. Locke ; cependant il n'était pas grand mathématicien. Il n'avait jamais pu se soumettre à la fatigue des calculs ni à la sécheresse des vérités mathématiques, qui ne présente d'abord rien de sensible à l'esprit ; et personne n'a mieux prouvé que lui qu'on pouvait avoir l'esprit géomètre sans le secours de la géométrie. Avant lui, de grands philosophes avaient décidé positivement ce que c'est que l'âme de l'homme ; mais, puisqu'ils n'en savaient rien du tout, il est bien juste qu'ils aient tous été d'avis différents.
Dans la Grèce, berceau des arts et des erreurs, et où l'on poussa si loin la grandeur et la sottise de l'esprit humain, on raisonnait comme chez nous sur l'âme.
Le divin Anaxagoras, à qui on dressa un autel pour avoir appris aux hommes que le Soleil était plus grand que le Péloponnèse, que la neige était noire et que les cieux étaient de pierre, affirma que l'âme était un esprit aérien, mais cependant immortel.
Diogène, un autre que celui qui devint cynique après avoir été faux-monnayeur, assurait que l'âme était une portion de la substance même de Dieu ; et cette idée au moins était brillante.
Épicure la composait de parties comme le corps. Aristote, qu'on a expliqué de mille façons, parce qu'il était inintelligible, croyait, si l'on s'en rapporte à quelques-uns de ses disciples, que l'entendement de tous les hommes était une seule et même substance.
Le divin Platon, maître du divin Aristote, et le divin Socrate, maître du divin Platon, disaient l'âme corporelle et éternelle ; le démon de Socrate lui avait appris sans doute ce qui en était. Il y a des gens, à la vérité, qui prétendent qu'un homme qui se vantait d'avoir un génie familier était indubitablement un ou un fripon ; mais ces gens-là sont trop difficiles.
Quant à nos Pères de l'Église, plusieurs dans les premiers siècles ont cru l'âme humaine, les Anges et Dieu corporels.
Le monde se raffine toujours. Saint Bernard, selon l'aveu du père Mabillon, enseigna, à propos de l'âme, qu'après la mort elle ne voyait point Dieu dans le Ciel, mais qu'elle conversait seulement avec l'humanité de Jésus-Christ ; on ne le crut pas cette fois sur sa parole. L'aventure de la Croisade avait un peu décrédité ses oracles. Mille scolastiques sont venus ensuite, comme le docteur irréfragable, le docteur subtil, le docteur angélique, le docteur séraphique, le docteur chérubique, qui tous ont été bien sûrs de connaître l'âme très clairement, mais qui n'ont pas laissé d'en parler comme s'ils avaient voulu que personne n'y entendît rien.

Cartas filosóficas
Decimotercera carta: Sobre Locke
Con seguridad, nunca ha habido un espíritu más juicioso, más metódico, ni un lógico más exacto que Locke; sin embargo, no era un gran matemático. Nunca pudo someterse a la fatiga de los cálculos ni a la aridez de las verdades matemáticas, incapaces de dar nada sensible al espíritu; nadie como él ha demostrado que se puede tener un espíritu geométrico sin geometría. Antes de él, los grandes filósofos habían dado definiciones del alma humana, pero como lo ignoraban todo sobre el tema, es natural que sus opiniones fueran diversas.
En Grecia, cuna de las artes y de los errores, donde tan lejos llegaron la grandeza y la estupidez humanas, se razonaba sobre el alma como en nuestros tiempos.
El divino Anaxágoras, al que le fue elevado un altar por enseñar a los hombres que el Sol era mayor que el Peloponeso, que la nieve era negra y que los cielos eran de piedra, afirmaba que el alma era un espíritu aéreo, pero, sin embargo, inmortal.
Diógenes, otro que se hizo cínico después de haber sido monedero falso, aseguraba que el alma era una porción de la sustancia misma de Dios; esta idea era, por lo menos, brillante.
Epicuro creía que se componía de partes, como el cuerpo. Aristóteles, que ha sido explicado de mil maneras distintas, porque es ininteligible, creía, si creemos a algunos de sus discípulos, que el entendimiento de todos los hombres estaba formado por una única y misma sustancia.
El divino Platón, maestro del divino Aristóteles, y el divino Sócrates, maestro del divino Platón, creían que el alma era corporal y eterna. Sin duda el demonio de Sócrates le había enseñado la realidad. Hay gentes que creen que un hombre que se vanagloria de tener un genio familiar era, sin duda, un loco o un bribón, pero es que esas gentes son demasiado exigentes.
En cuanto a los Padres de la Iglesia, creyeron que el alma humana, los ángeles y Dios eran corporales.
El mundo se refina constantemente. San Bernardo, según la confesión del padre Mabilon, enseñó que después de la muerte el alma no veía a Dios en el cielo, sino que únicamente conversaba con la humanidad de Cristo. Sus palabras no fueron muy creídas porque la aventura de las Cruzadas había desacreditado sus oráculos. Más tarde, muchos escolásticos como el doctor irrefutable, el doctor sutil, el doctor angelical, el doctor seráfico, el doctor querúbico, estaban plenamente convencidos de que conocían el alma, pero hablaban de ella como si quisieran que nadie les entendiera.
Cartas filosóficas
Voltaire

martes, 28 de abril de 2009

La mujer en tiempos de los faraones

John Collier:The Pharaoh's Handmaidens, 1883(Fuente:Wikipedia)
La mujer en tiempos de los faraones
Parte tercera
La mujer en Egipto
Capítulo primero: La mujer libre y la mujer sometida
Manumisión y adopción de "siervas"
La suerte que les estaba reservada a los siervos en el país del faraón no era cruel. Hasta el momento no se ha encontrado ningún contrato que ratificara una unión entre ellos, pero cohabitaban con normalidad. En cambio, sabemos que un hombre libre podía casarse con una mujer que fuera "sierva", nacida en una casa egipcia consiguiendo la aprobación de la señora de la casa (en ocasiones es la propia señora la que elige al marido). Con su matrimonio quedaba manumitida y los hijos de la pareja eran personas libres; una ley que fue abolida por los ptolomeos. Con ocasión del matrimonio, los amos proporcionaban una dote a la "esclava".
Para captar mejor lo que significaban estos matrimonios "mixtos" de los que resultaba una manumisión, conviene referirse a los propios textos.
En primer lugar (papiro de la Adopción), se trata de una dama que casa a su hermano Padiu con su joven "sierva": "Yo (el alma) lo acepto (a Padiu) para ella (la esclava). Por tanto está con ella (a partir de) este día. Ahora ¡Ved! He hecho de ella una mujer libre del país del faraón. Si ella trae al mundo ya sea un niño, ya una niña, se convertirán en gentes libres de la tierra del faraón, según el mismo proceso (porque) vivirán con el señor de las caballerizas, Padiu, mi joven hermano" (sigue la lista de los testigos).
La mujer en tiempos de los faraones
(Traducción: José Miguel Parra)
Christiane Desroches Noblecourt

Moby Dick

Herman Melville

Rockwell Kent : Ilustraciones

J.S.Bach : Música

Tulliver : Dirección

lunes, 27 de abril de 2009

Sentado solo

Wen Shen. Bambúes de la fortuna.

Sentado solo, entre los bambúes,
toco el laúd, y silbo, silbo, silbo.
Nadie me oye en el inmenso bosque,
pero la blanca luna me ilumina.

Traducción de Marcela de Juan

Sentado solo
Wang Wei (701-761)

Confieso que he vivido

"De aquella tierra, de aquel barro, de aquel silencio, he salido yo a andar, a cantar por el mundo"
-Confieso que he vivido-
Pablo neruda

domingo, 26 de abril de 2009

Un vagabundo toca con sordina

Hans Fredik Dahl. En el fiordo
Alternan lluvia, sol y viento; he caminado ya durante muchos días; hace aún demasiado frío para acostarse al aire libre durante la noche; pero encuentro fácilmente refugio en las granjas. Alguien se asombra de que yo camine y camine sin objeto: debe de tomarme por un personaje disfrazado que pretende ser original, como el poeta Wergeland. Ese tal ignora mis proyectos, mi deseo de llegar a ciertos lugares conocidos donde hay personas que quiero volver a ver...

Traducción de Pedro Camacho

Un vagabundo toca con sordina
Knut Hamsun

Nawa Shibari de Paula Lapido

Fuente: www.sugiuranorio.jp
NAWA SHIBARI
Lambert entra en la sala. Lleva puesta una gabardina beige y manosea la edición vespertina de Le Monde. El local está atestado y solo quedan un par de mesas libres. En el escenario hay un diván de terciopelo estilo imperio en el que está recostada una mujer oriental, vestida con una bata de seda negra. Tiene las muñecas atadas y, sin embargo, se las arregla para sujetar entre las palmas de las manos un cuenco de té humeante. La cuerda es roja, como su pintalabios. Al otro extremo del diván, sus pies asoman bajo la bata, colocados uno encima del otro. Lambert se sienta en la mesa de la última fila. Un camarero le sigue y deja una taza de café junto a él. Ella le mira mientras bebe el té caliente y, al sentir sus ojos, Lambert se yergue en su asiento. En el escenario el maestro hace una reverencia y un hombre con traje negro aplaude. Otro le sigue con la mirada a la vez que se atusa el bigote. En una esquina oscura está sentado un tercero que lleva un antifaz en la cara y se oculta entre las sombras.
Lambert enrolla el periódico y bebe un trago de café. Está frío. Mira a su alrededor. Las ventanas que dan a Saint André des Arts están cubiertas con cortinas tupidas y las lámparas de cristal esmaltado iluminan tenuemente las mesas. En el escenario, el maestro recoge una larga madeja de cuerda roja. Pronuncia una orden en japonés y ella se levanta del diván para volverse de espaldas al público. La bata de seda tiene bordado un dragón en hilo de oro. El maestro le desata las manos. Ella se quita la bata. Un murmullo surge entre las mesas. Primero el hombre de bigote, luego el del traje negro; el del antifaz carraspea. Lambert se inclina hacia delante. Ella está desnuda, salvo por un corsé de cuerda roja que rodea su vientre desde la cadera hasta el cuello. La soga cruza su torso y aprisiona sus pechos por arriba y por abajo, se anuda bajo el cuello y lo ciñe con varias vueltas. Por debajo del ombligo, baja hasta su pubis lampiño, donde forma un nudo que se pierde entre sus piernas y se cierra con el corsé. De su cintura cuelga el resto de la cuerda, una cola hecha de cuatro cabos rojos.
Nawa Shibari
Paula Lapido

sábado, 25 de abril de 2009

Así se hace el poema

Leopold von Kalckreuth: Sommer. Fuente:Wikipedia(detalle)
Rente ao dezir

A ARTE DOS VERSOS

Toda a ciência está aquí,
na maneira como esta mulher
dos arredores de Cantão,
ou dos campos de Alpedrinha,
rega quatro ou cinco leiras
de couves: mão certeira
como a água,
intimidade com a terra,
empenho do coração.
Assim se faz o poema.

Próximo al decir

EL ARTE DE LOS VERSOS


Toda ciencia está aquí,
en el modo que tiene esta mujer,
de los alrededores de Cantão,
o de los campos de Alpedrinha,
de regar cuatro o cinco bancales
de coles: mano certera
con el agua,
intimidad con la tierra,
empeño del corazón.
Así se hace el poema.
Próximo al decir
(Traducción de Ángel Campos)
Eugénio de Andrade

viernes, 24 de abril de 2009

Procura tener una buena historia que contar

Berlín, marzo 2009 Novedades literarias.Fuente:Wikipedia
Discurso de recepción del Premio Cervantes
......
Aquellos años de paciente trabajo artesanal en el taller podrían haberme dejado unos hábitos que, me gusta pensarlo, persisten al componer un texto. Pero la cocina del escritor nunca me ha parecido un sitio muy cómodo para recibir visitas. No me siento a gusto manejando teorías acerca de la naturaleza o la finalidad de la ficción. Para la famosa pregunta: ¿qué entendemos hoy por novela?, dispongo de mil famosas respuestas, que nunca, a la hora de ponerme a trabajar, me han servido de gran cosa. No me considero un intelectual, solamente un narrador. Los planteamientos peliagudos, la teoría asomando su hocico impertinente en medio de la fabulación, el relato mirándose el ombligo, la llamada metaliteratura, en fin, son vías abiertas a un tipo de especulación que me deja frío y me inhibe; bastante trabajo me da mantener en pie a los personajes, hacerlos creíbles, cercanos y veraces.
Con respecto al trabajo mantengo algunos principios, pocos, que bien podrían resumirse en dos: procura tener una buena historia que contar, y procura contarla bien, es decir, esmerándote en el lenguaje; porque será el buen uso de la lengua, no solamente la singularidad, la bondad o la oportunidad del tema, lo que va a preservar la obra del moho del tiempo. Ciertamente es un utillaje del que no puede uno presumir. Porque el oficio comporta, por supuesto, otras obligaciones y menesteres. Alguna vez he reflexionado sobre el asunto, pero no he llegado muy lejos; sobre la persistencia de la vocación, por ejemplo, en tiempos de silencio, o sobre el imperioso dictado de la memoria y sus laberintos.
Discurso de recepción del Premio Cervantes
Juan Marsé

jueves, 23 de abril de 2009

Intento expresar como siento la vida

Stan Laurel y Oliver Hardy (El gordo y el flaco).Fuente:wikipedia
Slapstick,
or Lonesome No More!

Chapter One
Prologue
This is the closest I will ever come to writing an autobiography. I have called it "Slapstick" because it is grotesque, situational poetry-like the slapstick film comedies, especially those of Laurel and Hardy, of long ago.
It is about what life feels like to me.
There are all these tests of my limited agility and intelligence. They go on and on.
The fundamental joke with Laurel and Hardy, it seems to me, was that they did their best with every test.
They never failed to bargain in good faith with their destinies, and were screamingly adorable and funny on that account.

Payasadas
o:¡nunca más solo!

"Sólo llámame amor y seré nuevamente bautizado..."
Romeo

Dedicado a la memoria de
Arthur Stanley Jefferson y Norvell Hardy,
dos ángeles de mi tiempo.

Prólogo
Creo que esto es lo más parecido a una autobiografía que voy a escribir en mi vida. Lo he llamado Payasadas porque es un relato de poesía grotesca, circunstancial, como las peliculas del cine mudo-especialmente las de Laurel y Hardy, de hace ya tanto tiempo-.
Intento expresar como siento la vida:toda esa interminable serie de pruebas para mi limitada agilidad e inteligencia.
Creo que la gracia fundamental de Laurel y Hardy consiste en que hacían todo lo posible en cada prueba.
Nunca dejaron de transigir de buena fe con sus respectivos destinos, y eso les hacía tremendamente divertidos y adorables.
Payasadas
(Traducción Gregorio Vastelica)
Kurt Vonnegut

miércoles, 22 de abril de 2009

Viaje a un país de cronopios

Sara Facio. Julio Cortázar, 1968
El jueves el cronopio prepara las valijas desde temprano, es decir que pone dos cepillos de dientes y un calidoscopio y se sienta a mirar mientras su mujer llena las valijas con las cosas necesarias, pero como su mujer es tan cronopio como él, olvida siempre lo más importante a pesar de lo cual tienen que sentarse encima para poder cerrarlas, y en ese momento suena el teléfono y la embajada avisa que ha habido una equivocación y que deberían haber tomado el avión del domingo anterior, con lo cual se suscita un diálogo lleno de cortaplumas entre el cronopio y la embajada, se oye el estallido de las valijas que al abrirse dejan escapar osos de felpa y estrellas de mar disecadas, y al final el avión saldrá el próximo domingo y favor cinco fotos de frente.
Sumamente perturbado por el cariz que toman los acontecimientos, el cronopio concurre a la embajada y apenas le han abierto la puerta grita con todas las amígdalas que él ya ha entregado las cinco fotos con los cinco formularios. Los empleados no le hacen mayor caso y le dicen que no se inquiete, puesto que en realidad las fotos no son tan necesarias, pero que en cambio hay que conseguir enseguida un visado checoslovaco, novedad que sobresalta violentamnete al cronopio viajero. Como es sabido, los cronopios son propensos a desanimarse por cualquier cosa, de manera que grandes lágrimas ruedan por sus mejillas mientras suspira:
-¡Cruel embajada! Viaje malogrado, preparativos inútiles, favor devolverme las fotos.

Pero no es así, y dieciocho días más tarde el cronopio y su mujer despegan en Orly y se posan en Praga, después de un viaje donde lo más sensacional es como de costumbre la bandeja de plástico recubierta de maravillas que se comen y se beben, sin contar el tubito de mostaza que el cronopio guarda en el bolsillo del chaleco como recuerdo.
En Praga cunde una modesta temperatura de quince bajo cero, por lo cual el cronopio y su mujer casi ni se mueven del hotel de tránsito donde personas incomprensibles circulan por pasillos alfombrados. De tarde se animan y toman un tranvía que los lleva hasta el puente de Carlos, y todo está tan nevado y hay tantos niños y patos jugando en el hielo que el cronopio y su mujer se toman de las manos y bailan tregua y bailan catala diciendo así:
-¡Praga, ciudad legendaria, orgullo del centro de Europa!
Luego vuelven al hotel y esperan ansiosamente que vengan a buscarlos para seguir el viaje, cosa que por milagro no sucede dos meses más tarde, sino al otro día.

La vuelta al día en ochenta mundos
Julio Cortázar

Las diferentes formas de incluir nuevos personajes en el curso de la acción

Poster de Shrek. Fuente: Wikipedia
Morfología del cuento
7. Las diferentes formas de incluir nuevos
personajes en el curso de la acción


Cada tipo de personajes posee su forma propia de entrar en escena: a cada tipo corresponden procedimientos particulares que utilizan los personajes para entrar en la intriga. Estas formas son las siguientes:
El agresor (el malvado) se muestra dos veces en el transcurso de la acción. La primera vez aparece de repente, de forma lateral (llega volando, se aproxima furtivamente, etc.) y luego desaparece. La segunda vez se presenta como un personaje que se buscaba, en general al término de un viaje en que el héroe seguía al guía.
Al donante de le encuentra casualmente, la mayor parte de las veces en el bosque (en la casita), o bien en un campo, en un camino, en la calle.
El auxiliar mágico es introducido en tanto que regalo. Este momento se designa con el signo F y sus posibles variantes se han enumerado más arriba.
El mandatario, el héroe, el falso-héroe, la princesa forman parte de la situación inicial. A veces no se dice nada del falso-heroe en la enumeración de personajes de la situación inicial; pero después se sabe que habita en la corte o en la casa. La princesa, lo mismo que el agresor, aparece dos veces. La segunda vez aparece como el personaje buscado; el que la busca, puede verla a ella primero y a continuación al dragón (el dragón no está en su casa y entonce el puede hablar con la princesa) o al contrario.
Puede considerarse esta distribución como la norma del cuento.
Morfología del cuento
(Traducción Lourdes Ortiz)
Vladimir Propp

¿Da vueltas el hombre alrededor de la ardilla o no?

Ardilla. Fuente:Wikipedia
Pragmatism: A New Name for Some Old Ways of Thinking Lecture II: What Pragmatism Means

Some years ago, being with a camping party in the mountains, I returned from a solitary ramble to find everyone engaged in a ferocious metaphysical dispute. The corpus of the dispute was a squirrel--a live squirrel supposed to be clinging to one side of a tree-trunk; while over against the tree's opposite side a human being was imagined to stand. This human witness tries to get sight of the squirrel by moving rapidly round the tree, but no matter how fast he goes, the squirrel moves as fast in the opposite direction, and always keeps the tree between himself and the man, so that never a glimpse of him is caught. The resultant metaphysical problem now is this:
DOES THE MAN GO ROUND THE SQUIRREL OR NOT? He goes round the tree, sure enough, and the squirrel is on the tree; but does he go round the squirrel?

El pragmatismo

Nombre nuevo de antiguos modos de pensar
Conferencia segunda
Significado del pragmatismo


Hace algunos años, hallándome de excursión por las montañas, al volver de un paseo solitario, presencié una feroz disputa metafísica. El corpus de la disputa era una ardilla, una ardilla viva que se suponía agarrada a un lado del tronco de un árbol, mientras al pie del árbol, y al lado opuesto, se imaginaba que se encontraba un ser humano. Este testigo trata de ver la ardilla moviéndose rápidamente alrededor del árbol; pero, por muy rápidamente que lo haga, la ardilla se mueve mas rápida en dirección opuesta y siempre conserva el árbol entre ella y el hombre, de manera que éste no logra verla. El problema metafísico es éste: ¿da vueltas el hombre alrededor de la ardilla o no? Indudablemente, da vueltas alrededor del árbol y la ardilla está en el árbol; pero, ¿se mueve alrededor de la ardilla?
El pragmatismo
(Traducción de Santos Rubiano)
William James

martes, 21 de abril de 2009

Shakespeare trabaja a partir de sí mísmo

William Shakespeare (Nuevo retrato,detalle). Fuente: Wikipedia
Aforismos
Cuaderno F
(1776-1779)

Sin duda valdría la pena estudiar la fisiognómica de Shakespeare, el hombre a mi entender más talentoso a la hora de hablar con claridad sobre cosas claras. Tampoco hay por qué temer que se reservara sus observaciones fisiognómicas como algo demasiado sutil para ser comprendido. Shakespeare trabaja a partir de sí mísmo, desde el hombre y para hombres, sin distinguir específicamente entre uno y otro. De hecho, encontramos en él observaciones que, perdidas en el rincón de alguna frase, cumplen una labor ancilar, cuando merecerían llevar el cetro de una disputa.
Aforismos
(Edición de Juan del Solar)
Georg Christoph Lichtenberg

lunes, 20 de abril de 2009

El infinito detalle de los fenómenos del mundo

Leonardo:Cabezas grotescas.Fuente:Wikipedia
Leonardo como filósofo
II. EL CONTENIDO DEL CONOCIMIENTO
(Metafísica del mundo)
Leonardo no piensa el universo en un sistema conceptual. Acepta todas las posibilidades del pensamiento, pero sin decidirse por ninguna. Frente a cada visión de lo real, vuelve a comenzar. El infinito detalle de los fenómenos del mundo, le sirve como hilo conductor en la contemplación del todo, que se manifiesta y es captado en cada caso particular. No solamente busca confirmación para sus ideas en ulteriores observaciones, sino que trata de llegar a la concepción de las cosas libremente, con el pensamiento y tanteando mediante dibujos ilustrativos, sin asustarse de posibles contradicciones. Vive en medio de un todo universal al que enfrenta en lo individual. En su camino, va dejando atrás los descubrimientos científicos como si fuesen consecuencias incidentales.
Leonardo como filósofo
(Traducción del alemán por Jorge Oscar Picknhayn)
Karl Jaspers

Charla sobre la novela

Franz Eybl. Joven leyendo

Si hay algo que propiamente pueda conocerse con el nombre de lectura, habría de ser una actividad voluptuosa y absorbente; debiéramos recrearnos en el libro, ensimismarnos, y emerger de la lectura con la mente colmada de la más viva y caleidoscópica danza de imágenes, incapaces de conciliar el sueño o de desarrollar un pensamiento continuado.
Por lo que a mí respecta, me gustaba que el relato empezase en una vieja posada al borde del camino, donde, "hacia el final del año 17...", unos caballeros con sombrero de tres picos jugaban a los bolos. Un amigo mío prefería las costas de Malabar bajo la tormenta, un barco que daba tumbos hacia barlovento, y un individuo ceñudo de proporciones hercúleas que recorría la playa a grandes zancadas; a buen seguro que era un pirata. Mi doméstica imaginación no llegaba tan lejos, y todo ello convenía a un lienzo mayor que el de las narraciones que yo apreciaba. Un salteador de caminos ya me hacía rebosar de felicidad; bastaba con un jacobita, pero el salteador de caminos era mi plato favorito. Todavía recuerdo el jovial estruendo de cascos en el sendero iluminado por la luna; la noche y la alborada se asocian aún en mi mente a las andanzas de John Rann o Jerry Abershaw; y las expresiones "el correo", "la gran carrera del norte", "mozo de cuadra", "rocín", todavía resuenan en mis oídos como poesía.

Traducción de Beatriz Canals y Juan Ignacio de Laiglesia

Ensayos literarios
Robert Louis Stevenson

domingo, 19 de abril de 2009

El desafío de las leyendas

Eduardo Galeano. Fuente:Siglo XXI Editores
Las venas abiertas de América Latina
Primera parte
LA POBREZA DEL HOMBRE COMO RESULTADO DE LA RIQUEZA DE LA TIERRA
FIEBRE DEL ORO, FIEBRE DE LA PLATA
EL SIGNO DE LA CRUZ EN LAS EMPUÑADURAS DE LAS ESPADAS
Cuando Cristóbal Colón se lanzó a atravesar los grandes espacios vacíos al oeste de la Ecúmene, había aceptado el desafío de las leyendas. Tempestades terribles jugarían con sus naves, como si fueran cáscaras de nuez, y las arrojarían a las bocas de los monstruos; la gran serpiente de los mares tenebrosos, hambrienta de carne humana, estaría al acecho. Sólo faltaban mil años para que los fuegos purificadores del juicio final arrasaran el mundo, según creían los hombres del siglo xv, y el mundo era entonces el mar Mediterráneo con sus costas de ambigua proyección hacia el Africa y Oriente. Los navegantes portugueses aseguraban que el viento del oeste traía cadáveres extraños y a veces arrastraba leños curiosamente tallados, pero nadie sospechaba que el mundo sería, Pronto, asombrosamente multiplicado América no sólo carecía de nombre. Los noruegos no sabían que la habían descubierto hacía largo tiempo, y el propio Colón murió, después de sus viajes, todavía convencido de que había llegado al Asia por la espalda. En 1492, cuando la bota española se clavó por primera vez en las arenas de las Bahamas, el Almirante creyó que estas islas eran una avanzada del Japón. Colón llevaba consigo un ejemplar del libro de Marco Polo, cubierto de anotaciones en los márgenes de las páginas. Los habitantes de Cipango, decía Marco Polo, «poseen oro en enorme abundancia y las minas donde lo encuentran no se agotan jamás... También hay en esta isla perlas del más puro oriente en gran cantidad. Son rosadas, redondas y de gran tamaño y sobrepasan en valor a las perlas blancas». La riqueza de Cipango había llegado a oídos del Gran Khan Kublai, había despertado en su pecho el deseo de conquistarla: él había fracasado. De las fulgurantes páginas de Marco Polo se echaban al vuelo todos los bienes de la creación; había casi trece mil islas en el mar de la India con montañas de oro y perlas, y doce clases de especias en cantidades inmensas, además de la pimienta blanca y negra.
Las venas abiertas de América Latina
Eduardo Galeano

sábado, 18 de abril de 2009

Sobre los viajes

Thomas Cole. La campiña romana, 1843
Vas de acá para allá a fin de sacudir el peso que te abruma, que por el mismo ajetreo resulta más molesto, cual sucede en la nave, donde los fardos sujetos ocasionan menor desequilibrio, en cambio los amontonados en desorden hunden más pronto el lado en que se han colocado. Todo cuanto haces, lo haces contra ti, y el propio movimiento te perjudica, porque agitas a un enfermo.
Mas, cuando hubieres expulsado este mal, todo cambio de lugar te resultará grato; podrá ser que te destierren a los confines más remotos, pero en cualquier rincón de un país extranjero en que seas colocado, aquella mansión, sea la que fuere, te resultará hospitalaria. Importa, más que el sitio, la disposición con que te acerques a él; de ahí que no debamos aficionar nuestra alma a ningún lugar. Hay que vivir con esta persuasión: "No he nacido para un solo rincón; mi patria es todo el mundo visible".

Epístolas morales a Lucilio
Séneca

La llegada

Fotograma de Solaris de Steven Soderbergh. Fuente:www.moviemail-online.co.uk/film/18162/Solaris
Solaris
La llegada
......
—¡Atención, Estación Solaris! Aquí Estación Solaris. Todo en orden. Está usted bajo el control de la Estación Solaris. La cápsula se posará en tiempo cero. Repito, la cápsula se posará en tiempo cero. Repito, la cápsula se posará en tiempo cero.
¡Prepárese! Atención, empiezo. Doscientos cincuenta, doscientos cuarenta y nueve, doscientos cuarenta y ocho...
Maullidos secos entrecortaban las palabras: un dispositivo automático articulaba frases de bienvenida. Y eso era en todo caso sorprendente. Por lo general, los hombres de una estación del espacio se apresuran a dar la bienvenida al recién llegado, sobre todo cuando éste viene directamente de la Tierra. No tuve oportunidad de sorprenderme mucho tiempo, pues la órbita del Sol, que hasta ese momento me rodeaba, se desplazó de pronto, y pareció que el disco incandescente danzaba en el horizonte, mostrándose ya a la izquierda, ya a la derecha del planeta. Yo oscilaba como la pesa de un péndulo gigante, en tanto el planeta, superficie estriada de surcos violáceos y negruzcos, se alzaba delante de mí como una pared. Empezaba a marearme cuando descubrí una superficie ajedrezada por puntos verdes y blancos: la señal de orientación. Algo se desprendió, con un chasquido, del cono de la cápsula; el largo collar del paracaídas desplegó con furor sus anillos, y el ruido que llegó hasta mí me evocó irresistiblemente la Tierra: por primera vez al cabo de tantos meses, el rugido del viento.
Luego todo fue muy rapido. Hasta ese momento, yo sabía que estaba cayendo. Ahora, lo veía.El tablero verde y blanco crecía rápidamente, y pude ver que estaba pintado sobre un cuerpo oblongo y plateado, en forma de ballena, los flancos erizados de antenas de radar; observé que el coloso metálico, atravesado por varias hileras de orificios sombríos, no descansaba sobre la superficie del planeta, sino que estaba suspendido en el aire, proyectando sobre un fondo de tinta una sombra elipsoidal de un negro más intenso. Divisé las ondas apizarradas del océano, animadas de un débil movimiento, y de golpe las nubes subieron a gran altura, circundadas por un deslumbrante fulgor escarlata; más allá, el cielo leonado se volvió ceniciento, lejano y apacible; y todo se borró; yo estaba cayendo en espiral.
Un golpe seco estabilizó la cápsula: a través de la mirilla, volví a ver las olas del océano como centelleantes crestas de mercurio; los cabos se soltaron de pronto y los anillos del paracaídas, llevados por el viento, volaron en tumulto más allá de las olas; la cápsula descendió; un campo magnético artificial la hizo oscilar lentamente, de un modo raro. Todavía tuve tiempo de ver las barandillas de las plataformas de lanzamiento, y en la cúspide de las torres caladas, los espejos de dos radiotelescopios. Hubo un estrépito de acero que rebotaba sobre acero, y la cápsula se inmovilizó; se abrió una trampa, y con un largo suspiro ronco el capullo metálico que me aprisionaba llegó al fin del viaje.
Oí la voz inanimada del centro de información.
-Estación Solaris. Cero y cero. La cápsula se ha posado.
Solaris
(Traducción de Matilde Horne y F.A.)
Stanislaw Lem

viernes, 17 de abril de 2009

El puente de San Luis Rey

Superstock/AGE. Thornton Wilder, escribiendo en un hotel de Berlín, 1931.
El viernes 20 de julio de 1714, a mediodía, el puente más bonito de todo el Perú se rompió y precipitó al abismo a cinco viajeros. Este puente estaba en el camino real entre Lima y el Cuzco, y cientos de personas pasaban sobre él a diario. Los incas lo habían tejido con mimbres hacía más de un siglo, y a los visitantes de la ciudad siempre los llevaban a verlo. Era una mera escalerilla de delgadas tablas que colgaba sobre la garganta, con pasamanos de sarmientos secos. Los caballos, los carruajes y las sillas de mano tenían que bajar centenares de pies y pasar sobre balsas la estrecha corriente, mas nadie, ni siquiera el virrey, ni siquiera el arzobispo de Lima, hubieran descendido con los equipajes por no cruzar el famoso puente de San Luis Rey. El propio san Luis, rey de Francia, lo protegía con su nombre y con la iglesita de adobe que había al otro lado. El puente parecía ser una de esas cosas que duran eternamente; no era posible pensar que pudiera romperse. Todo peruano que se enteraba del accidente se santiguaba y hacía un cálculo mental de cuándo lo había cruzado por última vez y cuándo había abrigado el proyecto de volver a cruzarlo. La gente andaba por las calles como en éxtasis, suspirando; padecían la alucinación de verse caer en el abismo.

El puente de San Luis Rey
Thornton Wilder

jueves, 16 de abril de 2009

La arboleda perdida

Patricia van Lubeck. Populus flucta
Ahora, en Castelar -a unos treinta kilómetros de Buenos Aires- y en casa de unos grandes amigos -los Dujovne-, busco el recogimiento necesario para dar fin -¿será verdad?- a este segundo libro de mi Arboleda perdida, interrumpido tantas veces. Pero, entre el capítulo anterior y el que ahora voy a comenzar, ¡qué largo paréntesis, qué dos años pasados y plenos de mi vida, roto a Dios gracias aquel monótono estatismo, anclaje involuntario, propicio a la más esterilizadora sequía! ¿Qué lluvias, qué riegos bienhechores han mojado mis plantas, mis hambrientas raíces, haciéndome verdecer de nuevo, erguirme otra vez árbol capaz de abrir sus ramas y sus hojas al silbo de los pájaros y el viento? A vosotros os digo, álamos, casuarinas, cipreses, cedros y eucaliptos de estos bosques, la maravilla helada de los bosques polacos, el repique nevado de las campanas de Cracovia, el eco pastoril de las flautas en los valles rumanos, las selvas alemanas de abedules y pinos, el sol centrando el oro de las estrellas del Kremlin, la alta y limpia mirada, ya reposado el corazón, del hombre puro de esos pueblos. A vosotros, rosales del otoño, zinias brillantes de papel, dalias redondas como escudos, jazmines de pequeña nieve, a vosotros os abro los secretos de las flores de China, os cuento de la piel de sus muchachas, más suave y preciosa que la de todos vuestros pétalos; de las velas tendidas de sus juncos, mariposas enormes por las bandas de seda de sus ríos. He viajado, he visto rostros diferentes, cielos y paisajes distintos. Mapas lejanos han tenido a mi vista sus ignotos colores. Y ahora, a tantos miles de kilómetros, la sangre pasa por mi corazón llena de millones de ojos, de millones de voces, de millones de manos fraternales que me lo estrechan y entibiecen, dándole un nuevo ritmo, bañándolo anticipadamente de las palabras que han de seguir moviendo los recordados aires de esta mi Arboleda perdida.

La arboleda perdida
Rafael Alberti

miércoles, 15 de abril de 2009

Libro de jaikus

Richard Cummins. Jack Kerouac Street, San Francisco. California
Las suelas de mis zapatos
están limpias
De andar por la lluvia

Chicas preciosas suben corriendo
los escalones de la biblioteca
Con esas minifaldas

El sonido del silencio
es toda la enseñanza
Que recibirás

Porque, caminemos los mismos o diferentes
caminos
A todos sigue la luna

Libro de jaikus
Jack Kerouac

Cómo Lázaro se asentó con un buldero

Giuseppe Arcimboldo, Invierno. Fuente Wikipedia
La vida de Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y adversidades
Tratado quinto
Cómo Lázaro se asentó con un buldero, y de las cosas que con él pasó
En el quinto por mi ventura di, que fue un buldero, el más desenvuelto y desvergonzado, y el mayor echador de ellas que jamás yo vi ni ver espero, ni pienso nadie vio, porque tenía y buscaba modos y maneras y muy sutiles invenciones.
En entrando en los lugares do habían de presentar la bula, primero presentaba a los clérigos o curas algunas cosillas, no tampoco de mucho valor ni sustancia: una lechuga murciana, si era por el tiempo, un par de limas o naranjas, un melocotón, un par de duraznos, cada sendas peras verdiñales. Así procuraba tenerlos propicios, porque favoreciesen su negocio y llamasen sus feligreses a tomar la bula. Ofreciéndosele a él las gracias, informábase de la suficiencia de ellos. Si decían que entendían, no hablaba palabra en latín por no dar tropezón; mas aprovechábase de un gentil y bien cortado romance y desenvoltísima lengua. Y si sabía que los dichos clérigos eran de los reverendos, digo que más con dineros que con letras y con reverendas se ordenan, hacíase entre ellos un santo Tomás, y hablaba dos horas en latín, a lo menos que lo parecía, aunque no lo era.
La vida de Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y adversidades
Alfonso de Valdés

martes, 14 de abril de 2009

Rubaiyat

Omar Jayyam. (Fuente:exoticindiaart)

Todos nacieron, se desorientaron,
fueron sin rumbo en la oscura noche,
se anegaron a la bebida, se abrazaron entre sí
y así se fueron hacia el sueño de la nada...

Rubaiyat

Omar Jayyam

¿Para qué sirven las peliculas y las divas?

Marilyn. Fuente:www.english.illinois.edu/MAPS/poets/g_l/grahn/monroe.htm
El amor de los muchachos
V-DIVAS
LAS DIVAS ¿Y DESPUÉS?
¿Para qué sirven las peliculas y las divas? ¿Para absorber la realidad y reproducirla, para crear sueños o para recordar parte de nuestras vidas en los filmes? Sin dudas, ciertas peliculas están directamente asociadas con ciertos momentos, sentimientos o amores vividos.
Lo que queda es la pollera de Marilyn volada por el viento. Rita Haywoorth cantando "Verde Luna" ante los ojos arrobados de Tyrone Power. Greta Garbo contemplando a la cámara antes de arrojarse a las vías del tren. Ingrid Bergman paseando con su amor Bogart por París. Jean Simmons contemplando a Kirk Douglas crucificado. Sophia Loren buscando a Marcello Mastroianni entre los girasoles de Rusia. Ali Mc Graw agonizando en los brazos de Ryan O'Neill...
El amor de los muchachos
Adrián Melo

Querida mía

Mughal Princess Zebunnissa. Fuente:www.razarumi.com


Rubaiyat
Cuarteta
CCXXX

Querida mía, si fuera posible que el Destino
disponer nos dejase el triste plan del mundo,
querríamos sin duda reducirlo a pedazos
para hacerlo de nuevo según nuestros deseos.

Rubaiyat

(Prólogo, traducción del árabe y notas de Jose Gibert
(Puestos en verso castellano por Diego Navarro)
Omar Jayyam

lunes, 13 de abril de 2009

El Dorado

Vladimir Kush. El Dorado
Tiempo tenía sumido en ese nuevo vivir, cuando un día llegó a "El Altar" un indio de una raza distinta de todos los que por allí se conocían. Hablaba algunas escasas palabras espñolas y veía con asombro las gentes.
Don Carlos de Arcedo habló con el indio, y aquella conversación fue definitiva en su vida.
Venía del Sur, del remoto Sur, de las hondas tierras vírgenes, adonde el blanco aún no había llegado.
-Rico -dijo el indio, y mostró a Arcedo varios pedazos de oro puro que traía escondidos entre hojas de plátano.
-¿Dónde lo encontraste?
-¡Allá!...
Fragmentariamente, casi por señas, haciendo adivinar las palabras, le construyó la visión de un reino fantástico. Decía venir del fondo de un mundo ignorado. Andando, había visto pasar más de cien lunas. Bajo sus pies cambiaba el aspecto de la tierra. Salió de hondas mesetas, pasó sierras interminables, en las que los árboles no dejan entrar el sol, montañas de sombra verde. Vio pájaros como joyas, parásitas gigantes, tigres de seda amarilla, venados blancos. Atravesó llanuras, sin ver en días enteros otra cosa que la llanura desnuda. Cruzó ríos anchos como el mar, donde duermen todas las lluvias. Bajo sus pies, el mundo daba vuelta. Venía de lejos. Había visto lo que apenas se vislumbra en los sueños. Una tarde, allá en lo hondo de lo remoto, desde la orilla de un lago violeta, vio la otra orilla, y en la otra orilla una ciudad de oro que parecía incendiada; en el resplandor inmenso ardían el aire y la tierra. Con mil colores chocaban en chorros de reflejos piedras rojas y piedras verdes y piedras blancas como un pedazo de sol. El fuego de la luz estremecía el agua.
Don Carlos sentía que por aquella boca algo lo llamaba irremisiblemente.
-¿Estás seguro de haberlo visto?
-Sí, mi amo.
-Si lo has visto, El Dorado existe y es posible encontrarlo.
Don Carlos de Arcedo no pensó en nada más. Organizó una expedición con treinta indios y diez españoles, y con el guía deslumbrado se pusieron en camino una madrugada en el nombre de Dios. Iban poseídos de una infinita ansia.

Las lanzas coloradas
Arturo Uslar Pietri

Cartas de viaje

Margaret Gunness. Pierre Teilhard de Chardin
30 de junio de 1924.-En la estepa, a diez días al Norte de Kalgan

Menos majestuosos, pero de una poesía más profunda, son los laguitos o nors que duermen en el círculo de colinas, donde las grullas, los cisnes, las ocas, las zancudas, los patos preciosos, con colores brillantes, anidan y nadan con tanta libertad como los pájaros de un parque público. Todavía ayer nuestra tienda estaba plantada junto a uno de estos nors. La tarde era deliciosa (hecho bastante raro en este país de clima brutal, donde no pasan cuarenta y ocho horas sin borrasca o tormenta). Contemplaba el sol cayendo sobre los lomos bajos y lisos que cierran el horizonte aquí. En el cielo dorado, una sola nube negra aislada; llovía graciosamente una lluvia violeta.
El viaje se ha terminado sin más incidente que la magnificencia del paisaje al bajar sobre Kalgan. Tras haber andado durante semanas sobre una superficie de lomos ondulados y al salir de una gran depresión pantanosa, llegamos bruscamente al borde de una meseta de ochocientos metros. Bajo nosotros, un caos de cimas rocosas y cortadas (¡las montañas por debajo del llano!) y luego la cinta verde de los anchos valles fecundos: así nos pareció, como una decoración completamente nueva, China, la "Gran Brillante", como dicen los antiguos mongoles, fascinados por la Tierra Prometida, de donde les excluía la Gran Muralla.

Cartas de viaje
Pierre Teilhard de Chardin

domingo, 12 de abril de 2009

Viajes en el espacio y en el tiempo

Bettmann-Corbis. Margueritte Yourcenar en su casa de Maine.
Siempre ha habido muchas razones para viajar, de las cuales la más simple -y ya compleja- consiste en hacerlo por la ganancia y por la aventura, dos móviles difícilmente separables incluso en el caso de los mercaderes de Las mil y una noches y en el de Marco Polo. Para convertir a una religión, en la que uno cree, a otros hombres supuestamente sumidos en la noche de la ignorancia, como los franciscanos que penetraron en el imperio mongol, Francisco Javier en el Japón o asimismo los monjes hindúes que evangelizaron China, o los monjes chinos de camino hacia el Japón. Hay otros casos en que se viaja para regresar, como Ulises, a una patria perdida o -como lo hacían, al parecer, los grandes navegantes primitivos- con la esperanza de encontrar una isla más favorable que aquella que abandonaban. Muy pronto, a esos motivos viene a añadirse un nuevo móvil: la búsqueda del conocimiento. Ulises, como tan bien lo vio el poeta griego moderno Kavafis, encuentra, en las numerosas escalas que lo separan de Ítaca, una ocasión para instruirse y gozar de la vida. Los viajes en busca del conocimiento son de todos los tiempos: conocemos aquellos, a menudo legendarios, de los sabios griegos a Egipto, de los romanos a Grecia, de los japoneses a Corea o a China, de los filósofos occidentales de la Edad Media al mundo musulmán y a Asia. El viaje a lejanas regiones se convirtió en un ingrediente indispensable de la vida de los filósofos, ya se tratara de Solón o de Paracelso. En todos los casos, se trata de informarse acerca del mundo tal cual es y de instruirse también ante los vestigios de lo que ha sido.

Viajes en el espacio y en el tiempo
Marguerite Yourcenar

Contra los cristianos

IXΘΥΣ: Iota I=Jesús, Ji X=Christos, Theta Θ=Theou (de Dios), Ípsilon Υ=Uios (Hijo), Sigma Σ=Soter (Salvador) Fuente: Wikipedia

Los peligros que los cristianos afrontan por sus creencias, supo Sócrates afrontarlos por las suyas con un coraje inabarcable y una serenidad maravillosa. Los preceptos de la moral de los cristianos, en lo que contienen de perfección, antes que ellos lo enseñaron los filósofos, y especialmente los estoicos y los platónicos. Sus críticas a la idolatría, consistentes en sostener que estatuas marmóreas o broncíneas, hechas por hombres a veces despreciables, no son dioses, fueron antes incontables veces expuestas. Así escribe Heráclito: dirigir preces a imágenes, sin saber lo que son los dioses y los héroes, ¡vale tanto como hablar con las piedras!

Contra los cristianos
Celso

sábado, 11 de abril de 2009

PONY EXPRESS

PONY EXPRESS
St. JOSEPH, MISSOURI to CALIFORNIA
in 10 days or less.
WANTED
YOUNG, SKINNY, WIRY FELLOWS
not over eighteen. Must be expert
riders, Willing to risk death daily.
Orphans preferred.
Wages $25 per week.
APPLY, PONY EXPRESS STABLES
St. JOSEPH, MISSOURI

PONY EXPRESS
SAN JOSÉ DE MISSOURI a CALIFORNIA
en 10 días o menos.
SE BUSCAN
JÓVENES, DELGADOS, APRENDICES
no mayores de dieciocho años.Deben ser expertos
jinetes, dispuestos a arriesgar la vida a diario.
Preferentemente huérfanos.
Salario de 25 $ por semana.
DIRIGIRSE a CABALLERIZAS PONY EXPRESS
SAN JOSÉ DE MISSOURI

viernes, 10 de abril de 2009

Cuando Ércules ganó la mançana de oro

Hércules y Atlas. Fuente www.hellenica.de
Los doce trabajos de Hércules
Capítulo Cuarto
El cuarto trabajo fue cuando Ércules ganó la mançana de oro guardada por el valiente dragón. Aquesta es una ficçión o figura por los poetas puesta e mucho comendada atal.
Fue un rey en las partes de Libia al cual dezían Atalante; e por habundança de riquezas, ordenó a su deleite un vergel cuyos árboles e fructos todos eran de oro, ençerrado de çerca muy artifiçiosa e fermosa. En el medio de aqueste vergel era un árbol más alto e mejor paresçiente que los otros; e allí era la más fermosa e de mayor valía mançana, a cuyo defendimiento un dragón grande de cuerpo e fiero en vista estava embuelto en aquel tronco de aquel árbol. Éste siempre velava por que alguno la mançana cojer non pudiese que con él non pelease. Todo este vergel a tres donzellas era encomendado, e ellas guardavan la puerta. Dezíanles espéridas, por ser fijas de Espero, hermano que fue de Atalante.
Estas cosas sabiendo Ércules e oyendo por çertidumbre, fue en Libia al lugar do era el dicho vergel e, contentadas e bueltas a su voluntad por continuados ruegos e dulçes palabras las espérides, entró en el maravilloso vergel, non deteniéndose en los menores árboles fasta que llegó al medio, onde vio el muy alto árbol e preçioso. Non espantándose nin dubdando d'él e al velante dragón, antes aquél e con él derribando e peleando lo vençió. E tomó del árbol la rica mançana e presentóla a Euristeo, rey de los argólicos, ennoblesçiendo d'él toda aquella región. De aqueste trabajo faze mençión Lucano en el su noveno libro; e muchos poetas han alabado aquesta ficçión.
La alegoría de la cual es tal. La tierra de Libia es o se estiende la e por nuestra humanidat, seca e arenosa, pero dispuesta a produzir maravillosos fructos. En la cual el omne sabio, entendido por Atalante, que es señor d'ella, planta la huerta de diversas o departidas sçiençias, siquiera saberes, que produzen fructos de oro por exçelençia o mejoría. En el medio de aquéllas es ell alto árbol de philosofía, en el cual se cría el mayor e el mejor fruto, guardado por la intricaçión e subtileza, entendida por el dragón velante todavía, ca en alguna ora non puede ser fallada aí negligençia, entendida por el dormir. Es guardada la huerta por las tres donzellas espérides, que son inteligençia, memoria e elocuençia. Es çerrado de muro o çerca este vergel, a demostrar la ordinaçión e çiertas reglas que lo çircundan. En él non se puede entrar si non por la puerta, que se entiende por los çiertos prinçipios e propios, que dan entrada e son puerta de saber.
Oyendo esto Ércules, que es el deseoso de saber, va en aquellas partes, es a saber sigue los estudios e apazigua las dichas donzellas, dándose al entender, membrar e demostrar lo aprendido. Así entra en el çercado e nombrado vergel. E non queda nin se detiene en los menores árboles, que son los menores saberes, fasta que viene al medio, onde es el nasçimiento del saber e comienço d'él. En esta guisa, con trabajo continuado, vençe la rudidat suya que le embarga o vieda coger la mançana de tanto presçio. E así toma los verdaderos prinçipios e cognosçe las çiertas fines. E después presenta aquella mançana al su enseñador o maestro, que tiene lugar de rey çerca d'él rigiéndolo. E esto faze por que lo çertifique e aprueve, alumbrando o esclareçiendo por ende toda la región de los aprendientes, faziendo cresçer el su desseo e asegurando la su esperança.
Los doce trabajos de Hércules
Enrique de Villena

El misterio de la cripta embrujada

Portada de El misterio de la cripta embrujada. Seix Barral
El misterio de la cripta embrujada
Capítulo I
Una visita inesperada
Habíamos salido a ganar; podíamos hacerlo. La, valga la inmodestia, táctica por mí concebida, el duro entrenamiento a que había sometido a los muchachos, la ilusión que con amenazas les había inculcado eran otros tantos elementos a nuestro favor. Todo iba bien; estábamos a punto de marcar; el enemigo se derrumbaba. Era una hermosa mañana de abril, hacía sol y advertí de refilón que las moreras que bordeaban el campo aparecían cubiertas de una pelusa amarillenta y aromática, indicio de primavera. Y a partir de ahí todo empezó a ir mal; el cielo se nubló sin previo aviso y Carrascosa, el de la sala trece, a quien había encomendado una defensa firme y, de proceder, contundente,se arrojó al suelo y se puso a gritar que no quería ver sus manos tintas de sangre humana, cosa que nadie le había pedido, y que su madre, desde el cielo, le estaba reprochando su agresividad, no por inculcada menos culposa. Por fortuna doblaba yo mis funciones de delantero con las de árbitro y conseguí, no sin protestas, anular el gol que acababan de meternos. Pero sabía que una vez iniciado el deterioro ya nadie lo pararía y que nuestra suerte deportiva, por así decir, pendía de un hilo.
El misterio de la cripta embrujada
Eduardo Mendoza