domingo, 31 de agosto de 2008

LA EXTELOPEDIA VESTRAND

John William Waterhouse: La bola de cristal
EXTELOPEDIA VESTRAND
en 44 Magnetomos
¿POR QUE ES TAN EXACTA?
¿Por qué puede usted tener una confianza tan absoluta en la presente edición? Porque para confeccionarla nos hemos servido anticipándonos a todo el mundo) de dos Nuevos Métodos de Sondeo del Por venir, el Método SUPLEXIVO y el Método CRETILANGAL.
El METODO SUPLEXIVO, o Supercomplexivo, proviene del procedimiento que en el año 1983 dio la victoria al Programa Mac Flac Hac sobre
TODOS LOS GRANDES CAMPEONES MUNDIALES DE AJEDREZ
en coalición, incluido Bobby Fisher, consiguiendo durante el Partido Simultáneo 18 mates por gramo, caloría, centímetro y segundo. La Potencia del Programa ha sido multiplicada posteriormente por mil y sometida a una adaptación Extrapolativa; gracias a ello, ahora no solamente PREVE LO QUE PASARA SI OCURRE ALGO, sino que, además, predice con gran exactitud qué pasará, si eso no ocurre en absoluto.
HASTA HOY los Predictores basaban su funcionamiento sólo en las POTEPOSAS (o sea fundamentándose en las POTENCIAS POSITIVAS y tomando en cuenta la Posibilidad de que Algo se Realice). Nuestro Nuevo Programa Suplexivo trabaja ADEMAS con POTENEGAS (Potencias Negativas), lo que le permite presagiar COSAS que, según las opiniones actuales de TODOS LOS EXPERTOS, NO TIENEN L A MENOR POSIBILIDAD DE OCURRIR JAMAS.
Y como nadie ignora, la sal del Futuro son precisamente aquellas cosas que los expertos tienen por imposibles de acontecer, ahora o en cualquier momento.

Un valor imaginario
Stanislaw Lem

La Negra Provincia De Flaubert

Y ahora, sin ánimo alguno de comparación, recuerdo a Plá y esas líneas de Chesterton en el prólogo a Enormes minucias: "Y es que ninguno de nosotros pensamos bastante en esas cosas, en esas cosas en que nuestros ojos descansan. ¿P0r qué han de ser los ojos tan haraganes? Ejercitemos los ojos hasta que puedan ver los hechos llamativos que cruzan el paisaje tan claros como una valla vistosa. Seamos atletas oculares. Aprendamos a escribir ensayos sobre un gato extraviado o sobre una nube iridiscente".

Regresar a la Prose du Transsibérien, regresar a las líneas subrayadas en viaje, regresar a los días subrayados por el viaje, y a su conjuro emprender el camino de regreso, el único que es posible.

La Negra Provincia De Flaubert
Miguel Sánchez-Ostiz

Lo bueno, si poco, dos veces bueno

Oráculo Manual y Arte de Prudencia
Dejar con hambre: Hase de dejar en los labios aun con el néctar. Es el deseo medida de la estimación; hasta la material sed es treta de buen gusto picarla, pero no acabarla. Lo bueno, si poco, dos veces bueno. Es grande la baja de la segunda vez: hartazgos de agrado son peligrosos, que ocasionan desprecio a la más eterna eminencia. Única regla de agradar: coger el apetito picado con el hambre con que quedó. Si se ha de irritar, sea antes por impaciencia del deseo que por enfado de la fruición: gústase al doble de la felicidad penada.

Oráculo Manual y Arte de Prudencia
Baltasar Gracián

Jardín de Venus

Giulio Romano: Dibujo
Jardín de Venus
Cuentos burlescos de don Félix María Samaniego
Escriviólos en el Seminario de Vergara de Álava
por los años de 1780 y tienen burlas de frayles y
monjas y mucho chiste y regocijo. Este autor lo es
las Fábulas literarias, natural de la villa de La
Guardia en Guipúzcoa y señor de las cinco villas
del valle de Arraya.
(Es propiedad de José de Bulnes, vecino de Potes,
año 1792)
El cañamón
Cierta viuda, joven y devota,
cuyo nombre se sabe y no se anota,
padecía de escrúpulos, de suerte
que a veces la ponía a la muerte.
Un día que se hallaba acometida
de este mal que acababa con su vida,
confesarse dispuso,
y dixo al confesor: -Padre, me acuso
de que ayer, porque soy muy guluzmera,
sin acordarme de que viernes era,
quité del pico a un tordo que mantengo,
jugando, un cañamón que le había dado
y me lo comí yo. Por tal pecado
sobresaltada la conciencia tengo
y no hallo a mi dolor consuelo alguno,
al recordar que quebranté el ayuno.-
Díxola el padre: -Hija,
no con melindres venga,
ni por vanos escrúpulos se aflixa,
cuando tal vez otros pecados tenga.-
Entonces, la devota de mi historia,
después de haber revuelto su memoria,
dixo: -Pues es verdad; la otra mañana
me gozó un frayle de tan buena gana
que, en un momento, con las bragas caídas,
once descargas me tiró seguidas
y, porque está algo gordo el pobrecillo,
se fatigó un poquillo
y se fue con la pena
de no haber completado la docena.
Oyendo semejante desparpaxo,
el cura un brinco dió, soltó dos coces,
y salió por la iglesia dando voces
y diciendo: -¡Caraxo!
¡Echarla once y no seguir por gordo!
¡Ese sí es cañamón, y no el del tordo!


Jardín de Venus
(Edición Joaquín López Barbadillo)
Félix María Samaniego

Calila e Dimna

E
STE LIBRO ES LLAMADO DE CALILA E DIMNA, EL CUAL
DEPARTE POR EJEMPLOS DE HOMNES, E AVES, E ANIMALIAS

Introducción de Abdalla Ben Almocafa
Los filósofos entendidos de cualquier ley e de cualquier lengua siempre punaron e se trabajaron de buscar el saber, e de representar e ordenar la filosofía; et eran tenudos de facer esto. Et acordaron e disputaron sobre ello unos con otros, e amábanlo más que todas las otras cosas de que los homes trabajan, et placíales más de aquello que de ninguna juglería nin de otro placer; ca teníen que non era ninguna cosa de las que ellos se trabajaban, de mejor premia nin de mejor galardón que aquello de que las sus ánimas trabajaban e enseñaban. Et posieron ejemplos e semejanzas en la arte que alcanzaron e llegaron por alongamiento de nuestras vidas e por largos pensamientos e por largo estudio; e demandaron cosas para sacar de aquí lo que quisieron con palabras apuestas e con razones sanas e firmes; et posieron e compararon los más destos ejemplos a las bestias salvajes e a las aves.

Calila y Dimna
(Antigua versión castellana)
Edición de Antonio G. Solalinde
Anónimo

sábado, 30 de agosto de 2008

Odisea

Hubert Maurer: Hermes bei Calypso und Odysseus
Odisea
Canto I
Háblame, Musa, del hombre de múltiples tretas que por muy largo tiempo anduvo errante, tras haber arrasado la sagrada ciudadela de Troya, y vió las ciudades y conoció el modo de pensar de numerosas gentes. Muchas penas padeció en alta mar él en su ánimo, defendiendo la vida y el regreso de sus compañeros. Mas ni aun así los salvó por más que lo ansiaba. Por sus locuras, en efecto, las de ellos, perecieron, ¡insensatos!, que devoraron las vacas de Helios Hiperión. De esto, parte al menos, diosa hija de Zeus, cuéntanos ahora a nosotros.


Odisea
(Versión de Carlos García Gual)

Homero

El Arte de la Guerra

Sun Tzu

El Arte de la Guerra

Capítulo VI
Puntos débiles y puntos fuertes
Sun Tzu dijo:
1
Generalmente, el que ocupa el campo de batalla primero
y espera a su enemigo, estará relajado; el que llega
después a escena y que se precipita a luchar, estará cansado.

El Arte de la Guerra
Sun Tzu

viernes, 29 de agosto de 2008

Las Valquirias

Émile Bayard:Valkyrie
LAS VALQUIRIAS
Valquiria significa, en las primitivas lenguas germánicas, "la que elige a los muertos". Un conjuro anglosajón contra los dolores neurálgicos las describe, sin nombrarlas directamente, de esta manera:
"Resonantes eran, sí, resonantes, cuando cabalgaban sobre la altura. Eran resueltas, cuando
cabalgaban sobre la tierra. Poderosas mujeres...".
No sabemos cómo las imaginaban las gentes de Alemania o de Austria; en la mitología escandinava son vírgenes armadas y hermosas. Su número habitual era tres.
Elegían a los caídos en el combate y llevaban sus almas al épico paraíso de Odín, cuya techumbre era de oro y que iluminaban espadas, no lámparas. Desde la aurora, los guerreros, en ese paraíso, combatían hasta morir, luego resucitaban y compartían el banquete divino, donde les ofrecían la carne de un jabalí inmortal e inagotables cuernos de hidromiel.
Bajo el creciente influjo del cristianismo, el nombre de Valquiria degeneró; un juez en la Inglaterra medieval hizo quemar a una pobre mujer acusada de ser una Valquiria, es decir una bruja.

El libro de los seres imaginarios
(El Manual de zoología fantástica)
Jorge Luis Borges/Margarita Guerrero

Fabricación de un Novimundo

(Imagen de dreamers.com)
"La fabricación de un novimundo, autoplanetoide, aviplaneta u orbimotor"
Era uno de los muchos prodigiosos inventos de María Pepa; pues las ventajas de este corcho cristalizado no se reducían a las mecánicas derivadas de la reducción de su peso a poco menos de la mitad que el del agua, y a menos de un quinto del vidrio ordinario, con grandísima economía de fuerza propulsora, sino que además tenía otras notabilísimas en cuanto transparente material utilizable en aplicaciones ópticas: excelencias desconocidas y hasta inverosímiles en el crown, en el flint y en todos los glasses hasta entonces empleados en la fabricación de lentes, anteojos y telescopios.
Indices de refracción, convergencias, dispersiones de lentes, son zarandajas de óptica matemática que podrían explicar el invento; ¿pero a qué? si para que el lector forme concepto de su alcance bástale recordar que metida María Pepa en su mundo se la veía desde fuera del tamaño de un guisante y saber, pues ahora se le dice, que cuando, estando fuera, se la miraba desde dentro subía su estatura a la de las más altas catedrales del mundo.
¡El autoplanetoide entero era todo él anteojo! ¡Y qué anteojo!... Un anteojo sin tubo, en que sólo con dirigir los ojos desde el interior del cristalino globo a los astros veriaselos, a través de sus transparentes paredes, con tamaños cinco o seis veces mayores de como los mostraban los más potentes aparatos de los mejores observatorios astronómicos en el año 2185, que, naturalmente, eran incomparablemente superiores a los de 1908.
Ripoll se entusiasmaba pensando en el pletórico surtido de descubrimientos que traería de su viaje.
- Esto es tener - decía - el universo en el bolsillo; porque si en vez de mirar a simple vista miro con un anteojo, no va a quedar rincón de estrella en donde yo no fisgonee, ni repliegue en ninguna, para mí escondido.
Y tan grande era su entusiasmo que no le dejó ver ciertos inconvenientes del sistema, para observaciones de conjunto en el cielo, Mas, felizmente, los veía María Pepa y les ponía remedio...
En montar las convergentes columnas radiales de sostenimiento de la esfera interior se invirtieron cerca de cuatro meses, y en la inflación de dicha esfera poco más o menos, con lo cual finalizaba el año 2185 cuando el automundo quedó en estado de recibir en su interior los edificios destinados a alojamientos de expedicionarios y a instalaciones de maquinarias, bibliotecas, gabinetes, laboratorios, etc., etc.: en suma, cuanto en Mendoza fabricaban los tres ancianos ayudantes de la que ya podemos llamar Capitana; pues por entonces se publicó oficialmente su nombramiento para aquel alto cargo: tan alto que no faltó quien propusiera sustituirlo por el de Gran Almirante de las Escuadras del Océano Etéreo, pues el mundo (éste, el antiguo) daba por descontado que el aviplaneta en construcción no era sino el primero de los que andando el tiempo constituirían tales armadas. Por ello se le designó con el nombre de Autoplanetoide A-1; en el cual la A indicaba el tipo y el 1 el número de fabricación dentro del tipo. Porque, ¿quién podía dudar que andando el tiempo surgirían nuevos modelos, B, C... V... Z... dentro de los cuales el guarismo adherente indicaría el número de las futuras transetéreas naves?...

De los Andes al cielo
«Viajes planetarios en el siglo XXII»
"La fabricación de un novimundo"
(Selección de textos Domingo Santos y Luis Vigil)

El coronel Ignotus (José de Elola)

Papiro de Oxirrinco LXVI 4499

William Blake:The number of the beast is 666
χις
616
Marca de la Bestia

Papiro de Oxirrinco LXVI 4499

Encuentro con un pájaro

Hasta entonces, Petia había vivido su vida, una vida sencilla: cepillaba palitos, se revolvía en la arena, leía libros de aventuras; sentado en la cama, escuchaba a los árboles nocturnos, que gemían y se agitaban más allá de la ventana, y pensaba que las maravillas sólo estaban en lejanas islas, en junglas llenas de papagayos, o en la inmensa América del Sur, que se va estrechando hacia abajo, con sus indios de plástico y sus cocodrilos de goma. Pero el mundo, por lo que se ve, está empapado de cuanto hay de misterioso, de triste, de mágico, de susurrante en las ramas de los árboles y ondulante en las aguas oscuras.

Fuego y Polvo
Tatiana Tolstoi

jueves, 28 de agosto de 2008

Viaje al país de lo real

Y sin embargo, este retorno es el más feliz posible, puesto que el Viaje y la experiencia han llegado hasta los confines, sin vuelta desconcertada; puesto que no ha habido desengaño precoz -y, sobre todo, porque no uso para volver la misma ruta que para ir: yo no meto nunca mis pies en los mismos agujeros.
Viaje al país de lo real
Victor Segalen

miércoles, 27 de agosto de 2008

La mirada de Ulises

Hay viajes que se suman al antiguo color de las pupilas.
Después de ver la isla de Calipso ¿es que acaso Odiseo
volvió a mirar igual? ¿No se fijó un color como
como un extraño cúmulo de algas
en sus pupilas viejas? lo mismo que en los pliegues
mínimos de la piel.
se fosilizan besos y desdenes, así los ojos filtran
esa franja turquesa del mar que acuna islas,
medusas de amatista, blancura de navíos.
La piel es vertedero de memoria
lo mismo que el poema. Pero acaso unos ojos
extrañamente verdes de repente dibujen
empapados de luz
un boscoso archipiélago perdido.
La mirada de Ulises
Aurora Luque

Viaje al oeste. Las aventuras del rey mono (II)

Para entonces el mono había aprendido a caminar, a correr y a saltar de una parte a otra. Se alimentaba de frutos y plantas y bebía de los múltiples ríos y arroyos que surcaban la isla. La mayor parte del tiempo la pasaba cortando flores y subiéndose a los árboles en busca de frutas. No tardó, sin embargo, en entablar amistad con el tigre, el lagarto, el lobo, el leopardo y el ciervo, aunque consideraba a las otras especies de monos como su auténtica familia. Por la noche dormía en cuevas que abandonaba en cuanto el sol emergía por la línea del horizonte y daba comienzo la mañana. El tiempo transcurría con lentitud, pues, como bien reza el dicho popular, "en lo alto de las cumbres el río avanza y retrocede con tanta regularidad que allí nadie es realmente consciente del paso de los años".

Viaje al oeste. Las aventuras del rey mono
(Trad. Enrique P. Gatón e Imelda Huang Wang)
Wu Chen'gen

martes, 26 de agosto de 2008

Kim

Quien vuelve a las montañas, vuelve al regazo materno.
Habían cruzado los Sewaliks y el Dun casi tropical, habían dejado tras sí a Mussuri, y avanzaban hacia el norte por los estrechos senderos de la montaña. Día tras día iban penetrando en la intrincada cordillera, y día tras día notaba Kim cómo resurgían las fuerzas del lama. En las terrazas del Dun había caminado apoyado en los hombros del muchacho, y siempre dispuesto a aprovechar todos los descansos del camino. Al pie de la empinada cuesta de Mussuri se recobró de repente, como un viejo cazador, al descubrir una loma bien conocida, y en aquel lugar, donde al parecer debía dejarse caer abrumado, aspiró dos veces profundamente el aire diamantino, y haciendo oscilar sus amplias vestiduras
Kim
Rudyard Kipling

lunes, 25 de agosto de 2008

Eppur si muove!

Cristiano Banti: Galileo Galilei davanti all'Inquisizione
Eppur si muove!
Y sin embargo, se mueve

Galileo Galilei

Moby Dick

PASARON UNOS días y el Pequod, dejando atrás los hielos y los témpanos, siguió avanzando hacia la luminosa primavera de Quito que reina en el mar casi perpetuamente, en los umbrales del eterno agosto del trópico.
Los días tibios y frescos, límpidos, rumorosos, perfumados, pródigos, eran como copas de cristal de sorbetes persas, desbordantes de espumosa nieve de agua de rosa. Las noches estrelladas y solemnes parecían altivas damas ataviadas con terciopelos enjoyados, que acariciaran en sus casas, recluidas en su orgullo solitario, el recuerdo de sus ausentes barones victoriosos, los soles de los yelmos dorados...Para dormir, era difícil elegir entre días tan placenteros y noches a tal punto seductoras. Pero todos los hechizos de esa estación sin crepúsculos no se limitaban a enriquecer el mundo exterior con nuevos encantos y poderes. Interiormente, se insinuaban en el alma, sobre todo cuando llegaban las dulces y tranquilas horas de la tarde. Era entonces cuando el recuerdo hacía surgir sus cristales, así como el trasparente hielo se forma especialmente en los atardeceres silenciosos.

Moby Dick
Herman Melville

El viajero

Al fin llegó a la orilla.
Un barco aguarda.
Y un camino que sigue río abajo.

Si le incita a ir al mar la arboladura,
el seco abrigo de la lona parda
siempre podrá ofrecerle el carro que lo trajo.

Aunque él quisiera amar la cóncava aventura.

El viajero
Jorge Urrutia

Aforismos

Muchas veces no he podido reprimir una sonrisa cuando, desde mi jardín, veía pasar gente dispuesta a emprender un viaje. Los que pasaban a las cinco de la mañana eran los que querían viajar a las tres; a las seis llegaban los que habían pedido caballos para las cuatro, y, por último, ya sobre las siete u ocho, los que deseaban hacer camino con el agradable fresco matinal.

Matthias Bagger, un danés extrañísimo. Recorrió el mundo entero durante treinta años, y siempre adoptaba la religión del país donde vivía. Unas veces se dedicaba a la diplomacia, otras a las matemáticas o a la teología.
Aforismos
Georg Christoph Lichtenberg

Rhea Darwinii

A Naturalist's Voyage Round the World
Chapter V
Two Species of Ostrich
When at the Rio Negro in Northern Patagonia, I repeatedly heard the Gauchos talking of a very rare bird which they called Avestruz Petise. They described it as being less than the common ostrich (which is there abundant), but with a very close general resemblance. They said its colour was dark and mottled, and that its legs were shorter, and feathered lower down than those of the common ostrich. It is more easily caught by the bolas than the other species. The few inhabitants who had seen both kinds, affirmed they could distinguish them apart from a long distance. The eggs of the small species appeared, however, more generally known; and it was remarked, with surprise, that they were very little less than those of the Rhea but of a slightly different form, and with a tinge of pale blue. This species occurs most rarely on the plains bordering the Rio Negro; but about a degree and a half farther south they are tolerably abundant. When at Port Desire, in Patagonia (lat. 48°), Mr. Martens shot an ostrich; and I looked at it, forgetting at the moment, in the most unaccountable manner, the whole subject of the Petises, and thought it was a not full-grown bird of the common sort. It was cooked and eaten before my memory returned. Fortunately the head, neck, legs, wings, many of the larger feathers, and a large part of the skin, had been preserved; and from these a very nearly perfect specimen has been put together, and is now exhibited in the museum of the Zoological Society. Mr. Gould, in describing this new species, has done me the honour of calling it after my name.

Viaje de un naturalista alrededor del mundo
Capítulo V
Dos especies de avestruces
Cuando estuve en el río Negro, en la Patagonia septentrional, a menudo me hablaban los gauchos de un ave muy rara a la cual llamaban Avestrús Petise. Menos abundante que el avestruz ordinario, muy común en esos parajes, se le asemeja mucho. Según los pocos habitantes que habían visto ambas especies, el Avestrús Petise es de un matiz más oscuro, más "tordillo" que el avestruz vulgar; tiene las piernas más cortas y sus plumas descienden más abajo; por último, se le coge mucho más fácilmente con las bolas. Añadían que las dos especies pueden distinguirse desde mucha distancia. Los huevos de la especie pequeña, sin embargo, parecen ser más generalmente conocidos, y se nota con sorpresa que se encuentran en un número casi tan cuantioso como los de la especie Rhea; son de una forma algo diferente y tienen un ligero tinte azul. Esta especie es muy rara en las llanuras colindantes con el río Negro, pero abunda mucho como grado y medio más al sur. Durante mi visita a Puerto-Deseado, en Patagonia (latitud 48º), Mr. Martens mató a una hembra de avestruz. La examiné y llegué a la conclusión de que era un avestruz común que no se había desarrollado aún por completo; cosa muy extraña y que no puedo explicármela, en aquel momento no se me ocurrió la idea de los Petises. Hízose cocer el ave y fue comida antes de venirme esto a la memoria. Por fortuna, se habían conservado la cabeza, el cuello, las patas, las alas y la mayor parte de las plumas grandes y de la piel. Por tanto, pude reconstituir un ejemplar casi perfecto, que está hoy en el Museo de la Sociedad Zoológica. Al describir Mr. Gould esta nueva especie, me ha conferido el honor de darle mi nombre.

Viaje de un naturalista alrededor del mundo
(Traducción Manuel Vílchez de Serradel,1906)
Charles Darwin

domingo, 24 de agosto de 2008

Los Cafés

Charles Loupot. El Café Martin.
Esta misma tarde después de que me salieran al paso los muy anhelados tomos de El último puritano de George Santayana, me he metido en el Café Universal, en pleno centro de Sevilla, y he ignorado al tiempo, ya que abolirlo es cosa que sólo él puede hacer conmigo. La verdad es que colecciono lugares así: el Dindurra de Gijón, con la espada de acero del Cantábrico fulgiendo a la espalda y sus periódicos extranjeros en una percha a la entrada; el Charlot Café de Barcelona, justo enfrente de la sucesión de librerías que la calle Aribau derrama sobre la Plaza de la Universidad; el Nuyorican Poets Café, en plena Alphabet City, donde los viernes hay mágicos recitales; el Café Continental de Bombay, donde me gusta recordarme entusiasmado por la adquisición de la magistral Grimus, primera novela de Salman Rushdie; el Café Alameda de Sevilla, donde pacientemente corregí las pruebas de Nadie conoce a nadie; el Café Bretón de Logroño, con sus bolsitas de azúcar en las que se imprimieron poemas relacionados con el café, es decir, con la vida.

La holandesa errante
Juan Bonilla

Cantares de viaje

Viajero que acampas en Aki en el campo:
¿podrás dormir apaciblemente
recordando tanto?

Nostálgico vengo de suelos lejanos
como los cielos, y vi desde Akashi
la isla Iamato.
Manioshu
Jitomaro de Kakinomoto

sábado, 23 de agosto de 2008

Las confesiones de un bibliófago

La razón por la que elegí Londres, entre otras posibles y acogedoras ciudades, para residir en ella el tiempo que durase mi expatriación, se debió esencialmente a que en Londres vivían algunos amigos de mi tío de cuando su estancia -algo lejana- en las islas y al hecho de que mi conocimiento del idioma inglés era algo superior al del francés. (Mi tutor habíase mostrado siempre muy partidario de que aprendiese en la lonja la lengua de Shakespeare, ya que según él su dominio me habría de servir algún día para poder leer al tercer conde de Shafttesbury y aprovecharme de las enseñanzas de su obra Characteristicks of Men, Manners, Opinions and Times; a su juicio, uno de los pasatiempos menos inútiles que se puedan cultivar en esta vida).
Además deseaba conocer de cerca Londres, de la que en varias ocasiones me había hablado mi tutor con encendido elogio, destacando los múltiples y variopintos atractivos que dicha metrópoli brinda al visitante curioso, aun cuando éste se halle en situación harto diferente de la del simple y divagado viajero.
Las confesiones de un bibliófago
Jorge Ordaz

viernes, 22 de agosto de 2008

Libro de las Maravillas del Mundo (II)

Libro de las maravillas del mundo y del viaje de la Tierra Santa de Jerusalén y de todas las provincias y ciudades de las Indias y de todos los ombres monstruos que ay por el mundo
Capítulo LXII
De la tierra que los árboles traen lana y donde ay
animales que son medio hombre y medio cavallo,
e de los grifos

De aquesta tierra se va hombre por la tierra de Vaquera, donde ay malvadas gentes. En esta tierra ay árboles que fazen lana assí como las ovejas, de la cual ellos fazen paños para vestir. En aquesta tierra ay animales llamados "ipotonies", los cuales son medio hombre y medio cavallo, y cuando ellos alcançan alguna persona ellos se la comen.
Ítem, en esta tierra son ríos tres vegadas mas amargos que la mar. E ay en aquella grifos más que en otra alguna tierra. Algunos dizen que los grifos tienen el cuerpo como águila delante y detrás como león, y dizen en ello verdad, mas su cuerpo es mayor y más ancho que del león, y más fuerte es que cien águilas, porque uno d'estos grifos lieva en el pico un cavallo con el cavallero, o un par de bueys de un golpe, y lígalos tan fuertemente con las uñas como los ligaría hombre con una cadena, porque él tiene las uñas tan largas como un cuerno de buey, de las cuales uñas fazen vasos para bever, y de las plumas suyas facen arcos para tirar saetas.

Libro de las maravillas del mundo
(Edición Joaquín Rubio Tovar)
Juan de Mandeville

jueves, 21 de agosto de 2008

Andrómeda y Perseo (VII)

Piero di Cosimo:Liberazione di Andromeda
Perseo y Andrómeda: versiones antiguas y modernas
Volando,por el aire de regreso a Serifos, aunque errando a merced de los vientos y desviándose de su rumbo, Perseo, tras haber degollado a Medusa y haber petrificado a Atlas en castigo por su descortés recibimiento, llega a las costas de Etiopía. Desde la altura divisa a una joven bellísima atada en los escollos, y baja de inmediato junto a ella.
Se entera de que su nombre es Andrómeda, que es hija de los reyes del país, Cefeo y Casiopea, y que está allí atada y en espera de un monstruo marino que habría de devorarla en castigo, ordenado por el oráculo divino, de la soberbia de su madre que se había jactado de ser más hermosa que las Nereidas. Perseo, que está ya enamorado de la muchacha, hace un pacto con sus padres allí presentes, en el sentido de que, si la libraba del monstruo, debían concedérsela como esposa.
Una vez que sus padres han accedido, llega la bestia marina, y el héroe acaba con ella luego de un denodado combate en el que hace uso de su cimitarra. Libera a Andrómeda de sus ataduras ante la aclamación de los que habían contemplado su triunfo, y de acuerdo con lo pactado, celebran sus bodas en el palacio real. Al término del banquete nupcial prorrumpe en la sala Fineo, tío y prometido de Andrómeda, que, a pesar de serlo, no había hecho nada por salvarla, y se querella contra Perseo por haberle robado a la que iba a ser su esposa. Se origina entonces una dura pelea entre los partidarios de uno y otro rival, que acaba con la victoria de Perseo. Fineo muere petrificado al contemplar el rostro de Medusa, y con él muchos de sus seguidores. Después de un cierto tiempo, el héroe vuelve a Grecia, llevando consigo a su esposa etíope.
Perseo y Andrómeda: versiones antiguas y modernas
Vicente Cristóbal

miércoles, 20 de agosto de 2008

Traité de Mécanique céleste

(Conversación de Napoleón y Laplace sobre el Traité de Mécanique céleste)
-Votre travail est excellent mais il n'y a pas de trace de Dieu dans votre ouvrage.
-Sire, je n'ai pas eu besoin de cette hypothèse.

-Vuestro trabajo es excelente, pero no hay mención de Dios en él.
-Excelencia, no he necesitado esa hipótesis.

(Cita de Victor Hugo, a su vez tomada de Arago)

martes, 19 de agosto de 2008

EUREKA

Tintoretto: El origen de la Vía Láctea
Eureka; A Prose Poem
WITH VERY PROFOUND RESPECT,
This Work is Dedicated
TO
ALEXANDER VON HUMBOLDT.
PREFACE
To the few who love me and whom I love — to those who feel rather than to those who think — to the dreamers and those who put faith in dreams as in the only realities — I offer this book of Truths, not in its character of Truth-Teller, but for the Beauty that abounds in its Truth, constituting it true. To these I present the composition as an Art-Product alone, — let us say as a Romance; or, if I be not urging too lofty a claim, as a Poem.
What I here propound is true: — therefore it cannot die; or if by any means it be now trodden down so that it die, it will "rise again to the Life Everlasting."

Nevertheless, it is as a Poem only that I wish this work to be judged after I am dead.

Eureka, un poema en prosa
Con profundo respeto dedico esta obra a Alexander Von Humboldt.
Prefacio
A los pocos que me aman y a quienes yo amo, a los que sienten más que a los que piensan, a los soñadores y a los que depositan su fe en los sueños como únicas realidades, ofrezco este Libro de Verdades, no como Anunciador de Verdad, sino por la Belleza que en su Verdad abunda, haciéndola verdadera. A ellos presento esta composición sólo como un Producto de Arte, como una Novela o, si no es una pretensión demasiado elevada, como un Poema.
Lo que aquí propongo es verdadero; por lo tanto, no puede morir; y si de alguna manera fuese hollado y muriese, nacerá de nuevo a la Vida Eterna.
Sin embargo, sólo como poema deseo que sea juzgada esta obra después de mi muerte.

Eureka
Edgar Allan Poe

lunes, 18 de agosto de 2008

Asturcón

Caballo Asturcón
Este caballo de pequeña alzada, que ciñe, como puede, el torpe casco a un trote acompasado, vino a ti desde Asturias. -Comprendo que los hay en la Bética más dóciles, con más escuela, vamos, y capaces de recorrer la vía Hercúlea meneando las cachas casi casi igual que Telezusa (si, la chica aquella, gaditana por más señas, que de sobra podría levantársela a un muerto con sus danzas). Pero éste, éste que vino a ti desde las brumas sigilosas del Norte, atravesando a trancas y barrancas las alturas de los montes astures, tan huraño, tan modestito él, tan poca cosa y, por si no bastara, cojitranco, contento se daría en los dientes con un canto, si acertara a traerte, para adornar tu sien, no el oro, no las rituales ínfulas, tampoco insensatas guirnaldas ( a la postre no se trata, supongo, de inmolar una cerda preñada a la pródiga Ceres), sino algo (imagina un instante que ahora mismo emprendes, yo qué sé, un largo viaje a las míticas fuentes del somnoliento Nilo con tu amor imposible, romántico y secreto), sino algo, decía, muy parecido en todo a una emoción inquieta y - ¿por qué no? ¿por qué no, a ver , por qué?- unas gotas de sonriente coña beatífica.
Historia antigua
Víctor Botas

domingo, 17 de agosto de 2008

El Antillano

"LLegamos a Bilbao.
Tras dos años y siete meses
regreso a tí, ciudad maldita y metida en
lo más
hondo de mi pecho.
Bordeamos
la peña de Orduña,
rozamos
los aledaños de Orozco.
Al fondo,
al fondo, cada vez más próxima,
más adusta y oxidada,
más
entrañable
Bilbao."

Blas de Otero
22 de junio de 1968

sábado, 16 de agosto de 2008

Místicos y Magos del Tibet

Alexandra David-Néel en 1886
Al día siguiente, de madrugada, Dawasandup y yo partimos para Gangtok.
El camino de herradura que seguíamos se adentraba en el Himalaya, tierra sagrada que la tradición hindú puebla de sabios, ascetas, autores de prodigios y dioses. Las estaciones estivales fundadas al margen por los extranjeros apenas han cambiado su aspecto. La selva virgen recobra sus derechos a pocos kilómetros de los grandes hoteles, donde se baila al son del tango. Flotando entre las nieblas errantes, un extraño desfile de árboles, envueltos en largas lianas de un verde lívido, esboza gestos inquietantes ante los viajeros. En la jungla exuberante, desde los valles hasta los altos picos cubiertos de nieves perpetuas, todo el país se ve envuelto por una atmósfera de misterio indecible.
Místicos y Magos del Tibet
Alexandra David-Néel

viernes, 15 de agosto de 2008

Bou-Saada, 28 de enero de 1903, miércoles

Dejé Argel el lunes 26. Llegué a Bou-Saada el 27.
Hoy, después de ir esta mañana a la Oficina Árabe, me fui a pasear por la ciudad árabe, y por el río en el que las lavanderas indígenas parecen pinceladas azules y rojas de una viveza de tonos chillones increíble. En las colinas de alrededor nada ha crecido, siguen tan ariscas y desnudas como en verano.
Mañana por la mañana iré a El Hamel. Parece decidido ya mi viaje a Boghari. Es a través de una región que no conozco, Had Sahari, cuyo nombre me gusta, y que está muy perdida, casi recóndita.
Los diarios de una nómada apasionada
Isabelle Eberhardt

jueves, 14 de agosto de 2008

La caída de Ícaro

Pieter Brueghel el Viejo: Paisaje con la caída de Ícaro
Metamorphoseon
Liber VIII (204-236)
Daedalus et Icarus
instruit et natum 'medio' que 'ut limite curras,
Icare,' ait 'moneo, ne, si demissior ibis,
unda gravet pennas, si celsior, ignis adurat:
inter utrumque vola. nec te spectare Booten
aut Helicen iubeo strictumque Orionis ensem:
me duce carpe viam!' pariter praecepta volandi
tradit et ignotas umeris accommodat alas.
inter opus monitusque genae maduere seniles,
et patriae tremuere manus; dedit oscula nato
non iterum repetenda suo pennisque levatus
ante volat comitique timet, velut ales, ab alto
quae teneram prolem produxit in aera nido,
hortaturque sequi damnosasque erudit artes
et movet ipse suas et nati respicit alas.
hos aliquis tremula dum captat harundine pisces,
aut pastor baculo stivave innixus arator
vidit et obstipuit, quique aethera carpere possent,
credidit esse deos. et iam Iunonia laeva
parte Samos (fuerant Delosque Parosque relictae)
dextra Lebinthos erat fecundaque melle Calymne,
cum puer audaci coepit gaudere volatu
deseruitque ducem caelique cupidine tractus
altius egit iter. rapidi vicinia solis
mollit odoratas, pennarum vincula, ceras;
tabuerant cerae: nudos quatit ille lacertos,
remigioque carens non ullas percipit auras,
oraque caerulea patrium clamantia nomen
excipiuntur aqua, quae nomen traxit ab illo.
at pater infelix, nec iam pater, 'Icare,' dixit,
'Icare,' dixit 'ubi es? qua te regione requiram?'
'Icare' dicebat: pennas aspexit in undis
devovitque suas artes corpusque sepulcro
condidit, et tellus a nomine dicta sepulti.

Metamorfosis
Libro VIII (204-236)
Dédalo e Ícaro
Instruye también a su nacido y: “Por la mitad de la senda que corras,
Ícaro”, dice, “te advierto, para que no, si más abatido irás,
la onda grave tus plumas, si más elevado, el fuego las abrase.
Entre lo uno y lo otro vuela, y que no mires el Boyero
o la Ursa te mando, y la empuñada de Orión espada.
Conmigo de guía coge el camino.” Al par los preceptos del volar
le entrega y desconocidas para sus hombros le acomoda las alas.
Entre esta obra y los consejos, su mejillas se mojaron de anciano,
y sus manos paternas le temblaron. Dio unos besos al nacido suyo
que de nuevo no había de repetir, y con sus alas elevado
delante vuela y por su acompañante teme, como la pájara que desde el alto,
a su tierna prole ha empujado a los aires, del nido,
y les exhorta a seguirla e instruye en las dañinas artes.
También mueve él las suyas, y las alas de su nacido se vuelve para mirar.
A ellos alguno, mientras intenta capturar con su trémula caña unos peces,
o un pastor con su cayado, o en su esteva apoyado un arador,
los vio y quedó suspendido, y los que el éter coger podían
creyó que eran dioses. Y ya la junonia Samos
por la izquierda parte –habían sido Delos y Paros abandonadas–,
diestra Lebinto estaba, y fecunda en miel Calimna,
cuando el niño empezó a gozar de una audaz voladura
y abandonó a su guía y por el deseo de cielo arrastrado
más alto hizo su camino: del robador sol la vecindad
mulló–de las plumas sujeción– las perfumadas ceras.
Se habían deshecho esas ceras. Desnudos agita el los brazos,
y de remeros carente, no percibe auras algunas
y su boca, el paterno nombre gritando, azul
la recoge un agua que el nombre saca de él.
Mas el padre infeliz, y no ya padre: “¡Ícaro!”, dijo,
“¡Ícaro!”, dijo, “¿Dónde estás? ¿Por qué región a ti he de buscarte?
¡Ícaro!”, decía. Las plumas divisó en las ondas,
y maldijo sus propias artes, y su cuerpo en un sepulcro
encerró, también tierra por el nombre dicha del sepultado.

Metamorfosis
Ovidio

Cien años de soledad

Cien años de soledad
Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos. El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo. Todos los años, por el mes de marzo, una familia de gitanos desarrapados plantaba su carpa cerca de la aldea, y con un grande alboroto de pitos y timbales daban a conocer los nuevos inventos. Primero llevaron el imán. Un gitano corpulento, de barba montaraz y manos de gorrión, que se presentó con el nombre de Melquíades, hizo una truculenta demostración pública de lo que él mismo llamaba la octava maravilla de los sabios alquimistas de Macedonia. Fue de casa en casa arrastrando dos lingotes metálicos, y todo el mundo se espantó al ver que los calderos, las pailas, las tenazas y los anafes se caían de su sitio, y las maderas crujían por la desesperación de los clavos y los tornillos tratando de desenclavarse, y aun los objetos perdidos desde hacía mucho tiempo aparecían por donde más se les había buscado, y se arrastraban en desbandada turbulenta detrás de los fierros mágicos de Melquíades.

Cien años de soledad
Gabriel Garcia Márquez

miércoles, 13 de agosto de 2008

Marinero en tierra

John William Waterhouse: Una sirena
Marinero en tierra
Sueño del marinero
Yo, marinero, en la ribera mía,
posada sobre un cano y dulce río
que da su brazo a un mar de Andalucía,

sueño en ser almirante de navío,
para partir el lomo de los mares
al sol ardiente y a la luna fría.

¡Oh los yelos del sur! ¡Oh las polares
islas del norte! ¡Blanca primavera,
desnuda y yerta sobre los glaciares,

cuerpo de roca y alma de vidriera!
¡Oh estío tropical, rojo, abrasado,
bajo el plumero azul de la palmera!

Mi sueño, por el mar condecorado,
va sobre su bajel, firme, seguro,
de una verde sirena enamorado,

concha del agua allá en su seno oscuro.
¡Arrójame a las ondas, marinero:
-Sirenita del mar, yo te conjuro!

Sal de tu gruta, que adorarte quiero,
sal de tu gruta, virgen sembradora,
a sembrarme en el pecho tu lucero.

Ya está flotando el cuerpo de la aurora
en la bandeja azul del océano
y la cara del cielo se colora

de carmín. Deja el vidrio de tu mano
disuelto en la alba urna de mi frente,
alga de nácar, cantadora en vano

bajo el vergel añil de la corriente.
¡Gélidos desposorios submarinos
con el ángel barquero del relente

y la luna del agua por padrinos!
El mar, la tierra, el aire, mi sirena,
surcaré atado a los cabellos finos

y verdes de tu álgida melena.
Mis gallardetes blancos enarbola,
¡oh marinero!, ante la aurora llena

¡y ruede por el mar tu caracola!

Marinero en tierra
Rafael Alberti

El criador de gorilas

El criador de gorilas
La factoría de Farjalla Bill Alí
Con rechinamiento de herrería se detuvo el camión. Cogí la maza y me dirigí a un hormiguero tres veces más alto que yo. Parecía un tronco desgastado por la tempestad. La negra cargó con el bolsón con el gorila muerto, y trabajosamente, agobiada, se dirigió a la termitera. Tras ella, chueco, mirándome resentido, caminaba el pequeño chimpancé.
Levanté la maza y la descargué sobre la base del hormiguero. El hormigón del nido no cedió. Farjalla se acercó, yo levanté la maza, y antes que él pudiera evitarlo, le descargué un vigoroso puntapié en la boca del estómago. El mismo puntapié que él me había dado en el bote, el día de la fiesta negra en los "rápidos de Stanley". Farjalla se desplomó. Le dije a la esclava:
-Trae el gorila.
La mujer dejó caer pesadamente la bestia muerta junto al tratante de esclavos. Sin perder tiempo, le despojé de su turbante, y con la larga tira de muselina lo amarré de pies y manos. Luego descargué otro mazazo en la termitera, y un trozo de corteza se hundió definitivamente, dejando ver el interior plutónico, sembrado de negros canales por los que se deslizaba febrilmente una blancuzca humanidad de hormigas grises.
­Ayúdame! -le grité a la negra.
La esclava comprendió. Levantando al gorila muerto amarrado al traficante, empujamos los dos cuerpos sobre la termitera. La mujer lanzó algunos gritos guturales, el pequeño chimpancé corrió hacia ella y se pegó a su flanco tomándole la mano.
Ella, riéndose, con los labios entreabiertos, se quedó contemplando la hervorosa grieta de la termitera. Millares y millares de hormigas rabiosas cubrían de una sábana gris los dos bultos. La chilaba de Farjalla y el velludo cuerpo del gorila quedaron revestidos de una costra movediza y cenicienta que se ajustaba constantemente a las crecientes desigualdades de aquellos cuerpos.
La negra y su hijo adoptivo miraban aquel final.
Yo tomé la botella de whisky que había quedado debajo del cajón del asiento del camión y le dije a la esclava:
-Es mejor que te vayas y no vuelvas más.
La mujer, tomando apresuradamente la mano del mono, se dirigió al bosque. Les vi por última vez cuando entraban en el linde de la muralla vegetal.
El pequeño chimpancé, tomado de su mano, volvía la cabeza hacia mí como un chicuelo resentido. Y, oculto ahora tras unos cactos, aguardaba el momento de subir al caballo que había escondido la noche anterior. Tula apartó unas ramas y se hundió en lo verde. Yo monté a caballo y regresé a la factoría para probar la coartada, mientras que allí, bajo el sol se quedó Farjala Bill Alí. Las hormigas se lo comían vivo.

El criador de gorilas
Roberto Arlt

Andrómeda y Perseo (VI)

(Tema de un cuadro que adorna el palacio)
Por culpa ajena en lazos de diamante
yace, a más duro escollo vinculado,
el imán que desnudo vio el amante
y al marino suplicio destinado,
cuando el denuedo argólico volante
—arma de Amor y de sí mismo armado—
en digno vencimiento y digna gloria
tanta premió beldad, tanta victoria.

Fábula de Faetón
Conde de Villamediana, don Juan de Tassis y Peralta

martes, 12 de agosto de 2008

Tarzán de los monos

Tarzan of the Apes
Chapter 4: The Apes
After roaming about the vicinity for a short time, they started back for the deeper forests and the higher land from whence they had come.
Kala had not once come to earth with her little adopted babe, but now Kerchak called to her to descend with the rest, and as there was no note of anger in his voice she dropped lightly from branch to branch and joined the others on their homeward march.
Those of the apes who attempted to examine Kala's strange baby were repulsed with bared fangs and low menacing growls, accompanied by words of warning from Kala.
When they assured her that they meant the child no harm she permitted them to come close, but would not allow them to touch her charge.
It was as though she knew that her baby was frail and delicate and feared lest the rough hands of her fellows might injure the little thing.
Another thing she did, and which made traveling an onerous trial for her. Remembering the death of her own little one, she clung desperately to the new babe, with one hand, whenever they were upon the march.
The other young rode upon their mothers' backs; their little arms tightly clasping the hairy necks before them, while their legs were locked beneath their mothers' armpits.
Not so with Kala; she held the small form of the little Lord Greystoke tightly to her breast, where the dainty hands clutched the long black hair which covered that portion of her body. She had seen one child fall from her back to a terrible death, and she would take no further chances with this.

Tarzán de los monos
Capítulo IV. Los monos
Tras merodear un rato por los alrededores, los cuadrumanos iniciaron el regreso hacia la espesura de la selva y las zonas altas de donde procedieron.
Kala no había descendido una sola vez de los árboles desde que trepó con la criatura recién adoptada, pero Kerchak le ordenó que bajase al suelo y se uniera a los demás. En la voz del mono rey no se apreciaba el más leve tono de cólera, por lo que la hembra no se hizo de rogar y se descolgó de rama en rama para unirse a la tribu, que regresaba a sus lares.
Los que intentaron echar un vistazo al extraño nuevo hijo de Kala se vieron rechazados por los amenazadores colmillos de la hembra, que no dudó en enseñarlos, feroz, al tiempo que emitía sordos gruñidos y voces de advertencia.
Cuando le aseguraron que nadie pretendía hacer daño a su cachorro, Kala les permitió acercarse, aunque de ninguna manera los dejó tocar a la criatura.
Era como si supiese que el niño era un ser débil, frágil y delicado, lo que le hacía temer que las toscas manos de sus congéneres le lastimaran.
Aún tomó otra precaución, la cual incrementaba para ella las dificultades de la marcha. No había olvidado la muerte de su retoño, así que sostenía con fuerza al niño, con una mano, mientras utilizaba sólo la otra para avanzar.
Los demás jóvenes viajaban sobre las espaldas de sus respectivas madres; aferrados los bracitos alrededor de los peludos cuellos y con las extremidades inferiores apretadas al cuerpo de las simias, bajo las axilas.
No lo llevaba así Kala, que apretaba firmemente contra su pecho el cuerpecillo del infantil lord Greystoke. Las diminutas manos del niño se agarraban a la larga pelambre negra que cubría el cuerpo de la mona. Kala no estaba dispuesta a correr ningún riesgo: ya había visto a su cría desprendérsele de la espalda y sufrir una muerte terrible. No deseaba que aquello se repitiera.

Tarzán de los monos
Edgar Rice Burroughs

El espectro de Marley

A Christmas Carol
Stave One
Marley's Ghost.
Scrooge took his melancholy dinner in his usual melancholy tavern; and having read all the newspapers, and beguiled the rest of the evening with his banker's–book, went home to bed. He lived in chambers which had once belonged to his deceased partner. They were a gloomy suite of rooms, in a lowering pile of a building up a yard, where it had so little business to be, that one could scarcely help fancying it must have run there when it was a young house, playing at hide–and–seek with other houses, and forgotten the way out again. It was old enough now, and dreary enough, for nobody lived in it but Scrooge, the other rooms being all let out as offices. The yard was so dark that even Scrooge, who knew its every stone, was fain to grope with his hands. The fog and frost so hung about the black old gateway of the house, that it seemed as if the Genius of the Weather sat in mournful meditation on the threshold.
Now, it is a fact, that there was nothing at all particular about the knocker on the door, except that it was very large. It is also a fact, that Scrooge had seen it, night and morning, during his whole residence in that place; also that Scrooge had as little of what is called fancy about him as any man in the city of London, even including—which is a bold word—the corporation, aldermen, and livery. Let it also be borne in mind that Scrooge had not bestowed one thought on Marley, since his last mention of his seven years' dead partner that afternoon. And then let any man explain to me, if he can, how it happened that Scrooge, having his key in the lock of the door, saw in the knocker, without its undergoing any intermediate process of change—not a knocker, but Marley's face.

Canción de Navidad
1. El espectro de Marley
Scrooge cenó melancólicamente en su melancólica taberna habitual; y después de leer todos los periódicos, se entretuvo el resto de la noche con los libros comerciales. y se fue a acostar. Ocupaba las habitaciones que habían pertenecido anteriormente a su difunto socio. Eran una serie de cuartos lóbregos en un sombrío edificio al final de una calleja, y en el cual había tan poco movimiento, que no se podía menos de imaginar que había llegado allí corriendo, cuando era una casa de pocos años, mientras jugaba al escondite con las otras casas, y había olvidado el camino para salir. Era ésta entonces bastante vieja y bastante lúgubre; sólo Scrooge vivía en ella, pues los otros cuartos estaban alquilados para oficinas. La calleja era tan obscura. que el .mismo Scrooge, que la conocía piedra por piedra, veíase obligado a cruzarla a tientas. La niebla y la helada se agolpaban de tal modo ante la negra entrada de la casa, que parecía como si el Genio del Invierno se hallase en triste meditación sentado en el umbral.
Hay que advertir que no había absolutamente nada de particular en el llamador de la puerta, salvo que era de gran tamaño: hay que hacer notar también que Scrooge lo había visto, de día y de noche, durante toda su residencia en aquel lugar, y también que Scrooge poseía tan poca cantidad de lo que se llama fantasía como otro cualquier hombre de la ciudad de Londres, aun incluyendo -la frase es algo atrevida- las Corporaciones, los miembros del Concejo municipal y los de los Gremios. Téngase también en cuenta que Scrooge no había dedicado un solo pensamiento a Marley desde que aquella tarde hizo mención de los siete años transcurridas desde su muerte. Y ahora, que me explique alguien, si puede, cómo sucedió que Scrooge, al meter la llave en la cerradura, vio en el llamador -sin mediar ninguna mágica influencia-no un llamador, sino la cara de Marley.

Canción de Navidad
Charles Dickens

lunes, 11 de agosto de 2008

EL GOLEM

EL GOLEM
Nada casual podemos admitir en un libro dictado por una inteligencia divina, ni siquiera el número de las palabras o el orden de los signos; así lo entendieron los cabalistas y se dedicaron a contar, combinar y permutar las letras de la Sagrada Escritura, urgidos por el ansia de penetrar los arcanos de Dios.
Dante, en el siglo XIII, declaró que todo pasaje de la Biblia tiene cuatro sentidos, el literal, el alegórico, el moral y el anagógico. Escoto Erígena, más consecuente con la noción de divinidad, ya había dicho que los sentidos de la Escritura son infinitos, como los colores de la cola del pavo real. Los cabalistas hubieran aprobado este dictamen; uno de los secretos que buscaron en el texto divino no fue la creación de seres orgánicos. De los demonios se dijo que podían formar criaturas grandes y macizas, como el camello, pero no finas y delicadas, y el rabino Eliezer les negó la facultad de producir algo de tamaño inferior a un grano de cebada.
"Golem" se llamó al hombre creado por combinaciones de letras; la palabra significa, literalmente, "una materia amorfa o sin vida".
En el Talmud (Sanhedrín, 65 b) se lee:
"Si los justos quisieran crear un mundo, podrían hacerlo. Combinando las letras de los inefables nombres de Dios, Rava consiguió crear un hombre y lo mandó a Rav Zera. Este le dirigió la palabra; como el hombre no respondía, el rabino le dijo:
"-Eres una creación de la magia; vuelve a tu polvo.
"Dos maestros solían cada viernes estudiar las leyes de la Creación y crear un ternero de tres
años, que luego aprovechaban para la cena".
[Parejamente, Schopenhauer escribe: "En la página 325 del primer tomo de su Zauberoioliothek (Biblioteca mágica), Horst compendia así la doctrina de la visionaria inglesa Jane Lead: Quien posee fuerza mágica, puede, a su arbitrio, dominar y renovar el reino mineral, el reino vegetal y el reino animal; bastaría, por consiguiente, que algunos magos se pusieran de acuerdo para que toda la Creación retornara al estado paradisíaco". (Sobre la Voluntad en la Naturaleza, VII).]
La fama occidental del Golem es obra del escritor austriaco Gustav Meyrink, que en el quinto capítulo de su novela onírica Der Golem (1915) escribe así:
"El origen de la historia remonta al siglo XVII. Según perdidas fórmulas de la cábala, el rabino Judah Loew ben Bezabel construyó un hombre artificial -el llamado Golem- para que éste tañera las campanas en la sinagoga e hiciera los trabajos pesados. No era, sin embargo, un hombre como los otros y apenas lo animaba una vida sorda y vegetativa. Esta duraba hasta la noche y debía su virtud al influjo de una inscripción mágica, que le ponían detrás de los dientes y que atraía las libres fuerzas siderales del universo. Una tarde, antes de la oración de la noche, el rabino se olvidó de sacar el sello de la boca del Golem y éste cayó en un frenesí, corrió por las callejas oscuras y destrozó a quienes se le pusieron delante. El rabino, al fin, lo atajó y rompió el sello que lo animaba. La criatura se desplomó. Sólo quedó la raquítica figura de barro, que aún hoy se muestra en la sinagoga de Praga".
Eleazar de Worms ha conservado la fórmula necesaria para construir un Golem. Los pormenores de la empresa abarcan veintitrés columnas en folio y exigen el conocimiento de "los alfabetos de las doscientas veintiuna puertas" que deben repetirse sobre cada órgano del Golem. En la frente se tatuará la palabra "Emet", que significa "Verdad". Para destruir la criatura, se borrará la letra inicial, porque así queda la palabra "met", que significa "muerto"..

El libro de los seres imaginarios
(El Manual de zoología fantástica)
Jorge Luis Borges/Margarita Guerrero

Andrómeda y Perseo (V)

Joachim Wtewael: Persée et Andromède
Andrómeda:
"Hijas de Sión,
llorad mis fatigas,
que al alba fallece
la flor de mis días.
Sol que apenas nace
fue la suerte mía,
cuando pardas nubes
su esplendor eclipsan;
aurora que apenas
riendo ilumina,
cuando el alba trueca
en llanto su risa;
flor que apenas rompe
el botón a listas,
cuando airado cierzo
su pompa marchita;
fuente que, del mar
naciendo a la orilla,
apenas da paso,
cuando da en su ruina;
y pues fuente y flor,
alba y sol me imitan,
hijas de Sión,
llorad mis desdichas...

Andrómeda y Perseo
(Auto sacramental)
Pedro Calderón de la Barca

Visión y visita primera

Visión y visita primera
Los barberos
Por el Caballero de Gracia arriba íbamos los dos; y a poco trecho se nos colgó de las orejas un sonido entre acento de rabel y dejo de rebuzno, y a veces tan rabioso, que pareció maúllo concebido en caniculares de lujuria gatesca.
-¿Quién toca tan desapacible? -dijo Quevedo, a la sazón que llegamos a una tienda de barrer cachetes y desplumar guargueros.
-Vuelve la cara -le respondí-, sabio mío, a ese zaguán.
Volvímosla uno y otro; y divisamos por la media puerta que dejaba libre una cortina de holán gallego, estampada a nubarrones de aceite y mugre, a un mozuelo semimacho, más rapado que sotana de sopón, más relamido que plato de dulce en poder de pajes, en medio de ruedas de amolar, sillas despellejadas, bancos, escalfadores, bacías, demandas, redomas, paños sucios y moharraches. Estaba sentado en el sillón de pelar entrecejos, sirviéndole de cabalgadura uno de los muslos al otro, y serrándole las cuerdas a un violín con tal desconsuelo, que parecía salir el son de entre agallas de burro melancólico.
-Ves aquí -le dije a Quevedo-; éste es el que tocaba antes, que es un aprendiz de basurero de barbas, fregón de rostros y desmontador de traseros lanudos.
-Esto es cosa nueva -dijo el muerto sabio-. Desde ahora comienzo a descubrir la alteración de las cosas de mi siglo. Los ratos que vacaban los aprendices de barbero, tañían cuatro pasacalles en una vihuela.
-Otras novedades de mayor nota irás descubriendo en el prolijo discurso de estas visitas, que te han de suspender más la admiración -le respondí-. Eso que tú dices, difunto de mi alma, era en tiempo que se usaban doncellas. Entonces acudían las barbas al sonido de las vihuelas, y ahora se convocan a los que no están afelpados de carrillos al reclamo de los rabeles. Esto no es cosa digna de reparo; y si hemos de parar la vista y la atención en menudencias tan ridículas, no saldrás de Madrid en veinte siglos. Caminemos adelante, que ya hallarás novedades más desentonadas y lastimosas, y ellas mismas te han de reñir las advertencias y sátiras que escribiste contra las costumbres de tu mejor edad.

Visiones y visitas de Torres con don Francisco de Quevedo por la Corte
[Nota preliminar: Edición digital a partir de Sueños morales. Corregidos y aumentados con el papel nuevo de La barca de Aqueronte y Residencia infernal de Plutón, Salamanca, Imp. de la Santa Cruz [1743] y cotejada con la excelente edición crítica de Russell P. Sebold (Madrid, Espasa Calpe, 1976).]
Diego de Torres Villarroel

viernes, 8 de agosto de 2008

Juegos Olímpicos Beijing 2008

Estatua de Zeus, en Olimpia
(Olimpia, 776 a. n. e.-Beijing 2008 n. e.)
CITIUS, ALTIUS, FORTIUS
“más rápido, más alto, más fuerte”

Juegos Olímpicos, Atenas, 1896
Barón Pierre de Coubertin

jueves, 7 de agosto de 2008

Libro de Alexandre: Caballo de Troya

Giovanni Domenico Tiepolo: Caballo de Troya
"Cauallo de Troya"
(736-745)
Andauan los die[z] annos en cabo de passar
nin la podien prender nin la podien dexar
ouo quando les quiso el Criador prestar
Ulixes el artero un seso a asmar

Asmo fer un cauallo de muy fuertes maderos
que copiessen so el quinientos caualleros
en somo fer castiello e en medio çelleros
e ençerrar y dentro los meiores braçeros

Asmaua de poner en somo balesteros
que lidiassen la uilla quatro dias senneros
entrarien en comedio de ius' los caualleros
e pegarien el arca de fuera los ferreros

Asmaua en pues esto que's dexassen uençer
desanparar las tiendas e todo el auer
todos por do podiessen foir a grant poder
e de toda la uista de Troya trasponer

Con sabor del encalço derramarien troyanos
por encalçar los uieios se tornarien liuianos
por amor que sangrienten en los griegos las manos
non fincarie en Troya ninguno de los sanos

Solo que los pudiessemos un poco sossacar
encarnar-s'-ien en nos pensarien de robar
cuydarien el cauallo que era castellar
non se catarien del e dar-le-ien uagar

Desque fuessen un poco de Troya apartados
yxirien los del cauallo que serien ençerrados
fallarien los postigos todos desanparados
serien quando's' catassen en la uilla entrados

Tornarien en comedio los que irien fuyendo
ir-se-ian a la çibdat los otros acogiendo
ir-los-ien los de dentro a fuera refiriendo
quando esto uidiessen perdrien óabor & tiento

Quando ouo Ulixes este seso asmado
fablo con don Nestor un ome muy senado
asmaron que serie conseio aguisado
e que Dios le auie este seso mostrado

Metieron en conseio los prinçipes cabdales
uidieron-lo por seso todos los mayorales
dieron todos a Nestor las fees por sennales
los que se retrayessen que fuessen desleales

Libro de Alexandre
(Estudio y edición de Francisco Marcos Marín)
Anónimo

miércoles, 6 de agosto de 2008

Viaje fantástico del Gran Piscátor de Salamanca (II)

Jornada I
Descubrimiento del mundo subterráneo, noticia de sus generaciones, metales, piedras y medios minerales, y de toda su fábrica y oficinas interiores.

¡Válgame Dios, con qué viveza abulta la fantasía imágenes y copia figuras en el taller del sueño! ¡Con qué libertad vuela sin el freno de la razón por espacios nunca descubiertos! Estaba yo, sin duda, padeciendo la primera fuerza del letargo, cuando más vivamente, y a mi parecer, más despierto, creí que me hallaba con mis amigos a la boca de una cueva (que es gran cosa el sueño para cabalgadura, que en un abrir y cerrar de ojos se halla uno mil leguas de su casa) y que uno de los caminantes traía en la mano un mechón de trapos almidonados de resina, pez, azufre, cera y otros ingredientes, que daban pabilo a una crecida y durable llama, sin saber cuándo ni dónde compuso ni encendió tal engerto (aunque los trapos ya discurro que los sacaría de mi posada), y dijo él: «Esto de ver con el entendimiento es bueno para los metafísicos; yo, si no me informo con los ojos, me río de toda la Filosofía. Yo iré delante, y vuestra merced me mandará parar donde hubiere que ver, para que todo lo registremos a mejor luz. Y ahora, díganos vuestra merced, ¿qué tierra es ésta?» «Ésta es -le dije- mi patria, esta cueva es aquella universidad donde enseñaba el diablo, y donde hurtaron la sombra a aquel marqués que se volvió jigote.» «Antes que pasemos adelante -dijo uno-, sepamos por vuestra merced, que es de Salamanca, qué verdad tiene esta historia.» «Yo sólo sé, por noticia nocional desde mis abuelos, que esta cueva era morada del santo varón San Cebrián, y su penitencia la hizo en una ermita, cuya arquitectura componían esos destrozos y ruinas que veis allí; y ésta tenía comunicación a la cueva; y después, con el tiempo, se ha vuelto a cegar; de los otros cuentos no hay más noticia que la que trae el cardenal Aguirre en el libro que intituló Ludi Salmanticenses, y en unos manuscritos que tenía la librería de la compañía de Jesús de esta ciudad, están apuntadas estas historias. Esto no es del asunto. Otras advertencias tenía que hacer a vuestra merced más del caso, pero en el camino las diré, que temo si nos detenemos, nos falte la luz al mejor tiempo.» Guió el del mechón, y los demás iban divertidos en mirar los varios colores de las venas que se descubrían en la tierra; otros se maravillaban de ver las piedras y pedazos de peñas de varia dureza y vario colorido; pero lo que más les horrorizó fue el estruendo y ruido con que por otra de las roturas de la tierra se desguajaba un inmenso golpe de agua, y que ésta, por otras venas y acueductos, se esparcía por todo el reino interior de la tierra. Tiré de la ropa al de la luz, paróse, y dije: «Muchas cosas han visto vuestras mercedes ya de especial consideración; y así antes de desnudarnos para pasar al otro lado (que nos será preciso), vamos averiguando y descubriendo estos fenómenos. Es la tierra un vaso y recibimiento de los cuerpos sólidos y celestiales movimientos, pues a la circunferencia de su centro se dirigen todos sus influjos, llevando por natural inclinación a su punto todos los cuerpos graves, menos aquellos que, por el beneficio de la solidez, son retenidos en la superficie, y todos los cuerpos leves huyen de su centro; y así, estos vapores que sentimos son unos alientos nitrosalinos y sulfúreos, que, como forasteros de este centro, los arroja y eleva; así el calor del Sol, como el fuego subterráneo que cuece en estas entrañas, y ellos, buscando los poros de la tierra, se penetran hasta encontrar el aire, y los que en aquella esfera endureció y condensó la frialdad de aquella región, bajan más térreos a buscar su centro, de tal modo, que continuamente suben vapores y bajan, siendo el calor y luz del Sol, y la humedad de la Luna, y el especial influjo de los demás cuerpos etéreos, universales agentes que producen en la disposición de esta materia elemental estas formas y especies.

Viaje fantástico del Gran Piscátor de Salamanca
Diego de Torres Villarroel